45 Consecuencias💖🔥

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Ojos cerrados, boca entreabierta, los brazos enredados en el cuello firme de Gabriel, la cabeza platinada de Carlos sobre la pared blanca, las nalgas firmes del deportista embistiendo en su interior

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Ojos cerrados, boca entreabierta, los brazos enredados en el cuello firme de Gabriel, la cabeza platinada de Carlos sobre la pared blanca, las nalgas firmes del deportista embistiendo en su interior. La imagen en blanco y negro de cuerpo completo... Había cientos de ellas, pero ninguna excitaba tanto a Gabriel como esa. Era incapaz de dejar de mirarla.

Natalia se acercó, rodeó con su brazo la estrecha cintura y afirmó su mentón sobre el hombro.

—Esa es tu favorita, ¿verdad?

—¿Habías visto una cosita más caliente en tu vida?

—Dios, estás demasiado enamorado.

—Quizá, pero es innegable que Charly tiene algo que puede volver loco a cualquiera.

—Tienes razón. Te haré una copia de esta para que lleves. —Natalia le golpeó la espalda y se alejó para volver a su computadora.

—¿Cuándo las publicarás?

—La exposición será después de tu pelea. Todavía estás a tiempo de arrepentirte si no deseas que publiques las más candentes.

—Está bien —aclaró de inmediato—. Está decidido, de lo contrario me habría marchado apenas Carlos llegó esta tarde.

Se escucharon pasos detrás de ellos y su novio apareció fresco como una lechuga después del baño.

—¿Estás listo?

Gabriel le sonrió cuando el suave tono rosa continuaba en sus mejillas.

Carlos apenas entendía todo lo que había sucedido, ese loco impulso que los había poseído para desnudarse y hacerse cosas pervertidas frente a una desconocida.

—Vamos.

El ruso asintió y se acercó, besando su mejilla con ansiedad, como si no hubiera estado dentro de él hacía media hora.

—Nos vemos, Natalia. A ti te espero afuera.

Gabriel dio un chupetón debajo de su oreja y Carlos hizo una risilla nerviosa. Observó cómo ese hombre, que se asemejaba a una divinidad, caminaba hacia la salida. Luego giró su vista hacia Natalia, que estaba cruzada de brazos y con una sonrisa pícara.

—¿Quién habría imaginado que eran unos exhibicionistas?

—Créeme que yo no —dijo Carlos con un atisbo de vergüenza—. Gracias, Natalia, por todo.

—Fue todo un placer.

—Eres una idiota.

Natalia lo abrazó y le dio una palmada en la espalda.

—Anda, Gaby te está esperando.

Carlos dio pasos hacia fuera. El deportivo de Gabriel estaba a unos cuantos metros. Estaba afirmado sobre él. Sus brazos estaban cruzados y su cabeza permanecía gacha, concentrado en algo, seguro en el desastre que sería su vida de ahora en adelante.

Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora