31 Incontrolable💖🔥

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—¿Qué dirías si te dijera que me suceden cosas contigo?

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—¿Qué dirías si te dijera que me suceden cosas contigo?

Lukyan cerró la puerta tras de sí.

Estábamos en el porche de su casa. Su mujer y su hijo estaban en el interior.

Era tarde. La noche estaba tan oscura, solo los relámpagos de vez en cuando iluminaban el paisaje.

—Gabriel, dime que te golpeaste la cabeza y no sabes exactamente quién soy.

—Nada de eso sucedió.

Mi amor tragó saliva —su mandíbula se apretó— y habló entre dientes.

—Mocoso insolente, ¿te das cuenta en el problema que puedes meternos? ¿Crees que perdería todo por alguien como tú?

Pasé mi mano por el rostro y me sequé las gotas de agua que aún caían. Estaba empapado, cada parte de mí, y de repente, sin escuchar las palabras que rodaban de su boca, lo tomé del rostro y lo besé. Lo hice. Mis piernas temblaron, mi estómago se sacudió y las mariposas hicieron explosión en él. Lo amaba. Lo deseaba. Quería meterme bajo su piel, concretar todas mis oscuras y despreciables fantasías gay en su cuerpo, saciarme de Lukyan.

Se apartó y me dio un puñetazo que me hizo ir al piso en un segundo. Mi cabeza quedó dando vueltas. Me sujetó de la camiseta mojada y me levantó para golpearme de nuevo. Esa vez la sangre corrió de mi nariz y mi boca.

—Nunca, por ninguna razón, vuelvas a decir eso. Tú no eres nada. Eres un imbécil que se cree matón y que está esperando el momento para entrar a la cárcel y que alguno de sus compañeros de celda lo haga su perra.

—No, tú sientes algo. Tú...

—¡Nada! —gritó, escupiendo todo su veneno en mi cara—. Yo no siento nada. Soy amigo de tu hermano. Por eso te he sacado de cada lío. No quiero ver tu horrible cara jamás en lo que queda de mi vida. ¡Desaparece de mi vista ahora!

—No puedes obligarme. No puedes. —Las lágrimas se confundían con las gotas que caían de mi cabello húmedo y se deslizaban—. He venido aquí porque sé que me amas, lo veo en tus ojos, y quizá nunca nos atrevimos a estar con alguien de nuestro mismo sexo. Sin embargo, sé que eres el correcto, Lukyan. No me abandones.

—Vete.

—No.

Mi negativa lo enardeció. Fue cuando el hombre que amaba, esos ojos cálidos y llenos de felicidad se tornaron en una maldición, una que me perseguiría por toda mi vida, la razón por la que nunca podría ser feliz.

—Voy a llamar a tu padre y a tus hermanos. Les contaré acerca de ti. Les diré que viniste aquí y trataste de seducirme, que eres un maricón que pide verga a gritos.

Mi secreto T.O Libro 2 (Gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora