Capítulo 26 "Querida alma gemela"

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Desde debajo de la mesa no se podía ver mucho, pero sí quedaba visible el manillar de la puerta. Pasaron unos minutos hasta que éste empezó a desplazarse, y todos nos pusimos en alerta al saber que ese movimiento sólo podía significar una cosa en aquel momento.

Todas las luces se encendieron de golpe, la canción Querida alma gemela, de Porta, comenzó a sonar desde el gran equipo de música, los globos echaron a volar cada uno en una dirección distinta y todos salimos a la vez de nuestros escondites cuando la puerta se abrió.

- ¡Feliz cumpleaños, Hugo! – Gritamos al verle aparecer.

Llevaba unos pantalones vaqueros oscuros, una camisa y un jersey encima de esta, el cual dejaba a la vista el cuello de la prenda anterior. Esa vez no se lo había subido. Tenía el pelo ligeramente levantado y desplazado hacia un lado, lo que le hacía estar más sexy y sensual de lo que ya era de por sí, e iba con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

Al verle, todos los presentes corrieron hacia él para volver a felicitarle en persona. Todos menos yo, que decidí hacer homenaje a la frase “Lo mejor se deja para el final” y quedarme donde estaba, escuchando la melodía que salía de los altavoces.

Esa era la canción preferida de Hugo. Le gustaba el rap, porque decía las cosas tal y como eran, fuesen buenas o malas, y él prefería eso: la realidad y verdad a una fantasía y engaño. Aunque también prefería mentirle a una persona a la que quería antes que contarle una verdad que dañara.

A pesar de que todavía no hubiese encontrado a esa chica que le llenara de verdad y le parase los pies, en lugar de seguirle el juego como hacían las demás, esa era una canción que había conseguido cautivarle, entre otras cosas, por lo que me dijo aquella tarde.

Terminamos de jugar una rebolera en el parque que había cerca de nuestras casas con unos niños que también estaban allí jugando. Les acabamos ganando y decidimos, a modo de recompensa, comprarnos un croissant de chocolate y comérnoslo sentados en uno de los bancos que había.

Mira enana, ¿has escuchado esta canción? – Dijo Hugo subiendo el volumen de su reproductor de música.

No. ¿Cómo se llama? – Dije terminando de masticar el trozo de bollo que tenía en la boca.

Querida alma gemela, es de Porta. Mola mazo.

¿Ya has encontrado tú a tu alma gemela?

¿Yo? Claro, hace tiempo que la encontré.

¿Ah sí? Y, ¿quién es? – Pregunté extrañada, ya que hacía tan sólo una semana que lo había dejado con su novia.

Esto que ves aquí. – Dijo señalando el balón que tenía entre sus pies.

¿Un balón?

Si, un balón. ¿A que es una cosa muy simple y sencilla? – Preguntó sonriendo.

Sí, bastante. – Reí.

Pues esta cosa tan simple y sencilla es lo que me hace olvidar los problemas y disfrutar, porque el fútbol es más que un deporte para mí, es mi vida.

Y estaba en lo cierto, porque el balón era su mejor amigo, un amigo con el que iba a todas partes, un amigo inseparable.

No te olvido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora