3.

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Rose.

Estoy acostada en mi cama, mirando al techo, mientras tengo millones de pensamientos que me azotan la cabeza y escuchando la música de fondo. Apenas y le prestó atención.

Recuerdo todo lo que ha ocurrido hasta ahora. Primero me enfoco en el hombre de mis pesadillas y en el gran parecido que tiene a Gabriel. Cada vez que me despierto luego de soñar con aquel hombre, no puedo dejar de pensar en él, o en su rostro, su sonrisa, su estatura, sus ojos incluso su forma de respirar, porque de alguna manera muy extraña siento que lo conozco, pero entre más busco entre mis recuerdos, cualquier cosa que me diga que lo conozco pero no hay nada; se vuelve frustrante luego de un tiempo.

Siento la presencia de alguien en la habitación. Miro en dirección a la puerta y veo a Gabriel acercarse a mí. Se acuesta a mi lado y detiene la música.

Se pone en la misma posición en la que yo estoy. Mirando al techo.

- ¿Qué estamos pensando? – Pregunta.

- Volví a soñar con él. – Digo. Dejo de mirar el techo y ahora miro a Gabi a los ojos. – Esta vez se sintió diferente.

- ¿Qué se sintió diferente? – Pregunta.

- Esta vez cuando lo vi a los ojos, una imagen de cuando yo era bebe se vino a mi cabeza, se sintió como un flash back. – Pienso en lo que vi o creo que vi. Fue algo de un segundo que sé que sucedió pero fue tan rápido que estoy empezando a creer que es creación de mi imaginación.

Me vi a mi de bebé y él me tenía en sus brazos o eso creo. Ente más lo pienso siento como el recuerdo se aleja de mí, hasta solo quedar como una idea.

- ¿Por qué no lo dibujas? – Sugiere Gabriel.

- No creo que eso sea de ayuda. – Le digo.

- Claro que será de ayuda. Si lo ves en un pedazo de papel que en tu cabeza quizás los recuerdos vendrán a ti. – Dice Gabi, muy optimista de que eso funcionara.

Olvide mencionar que Gabi no sabe que este extraño hombre que se aparece en mi sueño, tiene un parecido a él. No se lo diré, dejare que se dé cuenta por si solo.

Quizás haga un dibujo del hombre misterioso de mis sueños.

-¿En qué piensas? – Le pregunto ya que se quedó en silencio y eso no es normal en él. Ya que él siempre está hablando.

- En Ada. – No me sorprendo. Simplemente ruedo mis ojos.

Al decir el nombre de Ada, me acuerdo de Axel.

¿En que estará pensando? ¿Creerá que estoy loca?

Me imagino que ahorita mismo debe de estar muy preocupado, yo también lo estaría si mi pareja se desmaya luego de tener un ataque de pánico y no saber nada de él me mataría.

Me gustaría que él estuviera aquí pero no tanto como me agrada que no esté aquí.

Sé que si él hubiera estado aquí cuando desperté me hubiera hecho muchas preguntas que solo me hubieran agobiado aún más, cuando lo único que necesitaba era tener mi espacio para procesar todo.

Gabriel.

No puedo dejar de pensar en Ada. Cuando la vi en esa tarima montada, mirándome a los ojos antes de lanzarse a atacar a Rose y su hermano a atacarme a mí, debo decir que me sentí bien, o mejor que bien.

Verla, con su cabello de un chocolate claro, que tocaba su hombro, y esos ojos azules y la sonrisa que me dio, me hizo sentir el hombre más feliz del mundo por un segundo.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora