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Rose.

Voy de camino a la casa de Axel. Ada se encargara de lo que usare en la fiesta que tendré dentro de unas horas.

Ada y yo hablamos un poco, e incluso me pidió que le enseñara a pelear, porque no quiere sentirse indefensa. Los eventos que ocurrieron hace unos días atrás es lo que le abrió los ojos.

Le dije que eso era innecesario ya que básicamente tiene un ejército de fuertes y agiles soldados que daría su vida por ella, pero me dijo que eso es exactamente lo que no quiere, que otras personas se pongan en peligro por ella, o el hecho de que siempre será la damisela en peligro.

No puse excusas ya que la entendí, yo también odiaría que otras personas tendrían que dar sus vidas por mí, cuando yo puedo hacerlo por mi cuenta.

Incluso me hablo sobre su familia. Me conto que sus padres llevan fuera de casa por más de 6 meses. Por mucho tiempo me pregunte en donde estaban los padres de Axel ya que por los últimos casi tres meses que llevo de conocer a Axel no he visto a sus padres ni una sola vez, aunque tampoco pregunte ya que el tema nunca se dio.

Tenía una idea de que ellos no estaban muertos ya que si ellos hubieran muerto, abría un enorme evento, para despedirnos de ellos y honrar su memoria.

Hay algo en particular que Ada me conto que aun intento procesar, aquello desde mi punto de perspectiva parece mentira pero en esos momentos yo no era la persona más consiente.

Según ella, yo pase 2 semanas enteras ahogada en mi depresión. Al principio no podía creerle, ya que según yo, solo fueron 3 días, yo lo sentí como tres días, no dos semanas.

Si tengo esta sensación de que hay ciertas cosas que pasaron entre esos días, pero no puedo recordar que fue. Solo tengo estos espacios en blanco en mi cabeza, y es difícil intentar llenarlos, porque no tengo idea de que me estoy perdiendo.

Estoy en la habitación de Ada probándome atuendos. No sé si es mi imaginación la que me está jugando un juego pero puedo jurar, que los vestidos y conjuntos, incluso accesorias hasta zapatos que Ada me está mostrando, no son los mismos que ella me mostro para la fiesta anterior.

Desde donde estoy, el armario de Ada no parece tan grande. Me pregunto si ella tendrá un pasadizo secreto que lleve a otro armario y de ahí es de dónde saca aquellos atuendos nuevos. La idea de una armario secreto no suena tan descabellada cuando vives en un enorme castillo.

- ¿Qué te parece este vestido? – Ada me pide mi opinión sobre un vestido, color beige, largo, con mangas largas, y perlas en toda la tela, no hay un pedazo en el vestido que no tenga perlas. Es pegado al cuerpo de arriba a abajo, después de la rodilla este es floreado. Es hermoso, pero el exceso de perlas me hace darle un rotundo no; pero no importa si me gusta o no, Ada es la experta.

- ¿Qué opinas tú? – Le digo.

- ¿Tu qué opinas? – Dice Ada.

- No sé, por eso te estoy pidiendo tu opinión. – Aclaro.

- Para tomar una decisión necesito saber qué te parece. – Me dice.

- No me gusta, la abertura es la pierna es muy ancha. – Comento. Espero una opinión de su parte, pero ella no dice nada, solo tira el vestido busca otro entre los que tiene esparcidos por la cama.

La miro con el ceño fruncido, pero ella ni le toma importancia.

- ¿Qué tal este? – Me enseña otro vestido es similar, solo que tiene un escote en V.

- ¿Qué tu opinas? – Le pido su opinión.

- ¿Qué tu opinas? – Repite lo mismo que yo. Ella me mira a los ojos esperando una aprobación.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora