15.

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Rose.

Lo hago una y otra vez pero no importa que haga término rompiéndolas todas.

- No puedo. – Me rindo.

- Si puedes. – Dice Abhigail ya cansada de escucharme decir que no puedo por décima vez. – Al usar tus manos le darás una dirección a tu grito, un propósito.

- ¿Cuál es el punto?... esto ni siquiera es real.

Ella sin previo aviso grita y de algún modo su grito me hace volar por los aires.

- Inténtalo. – Ruedo los ojos ya cansada de esta estupidez.

O intento varias veces pero en ninguna da resultado.

- Esto es inútil. – Me rindo. – Ya quiero regresar a casa.

- No estas usando todo tú, estas dejando que el miedo te domine. – Dice ella.

- Quizás sea cierto, quizás no. – Respondo. - Ya me quiero ir y si es posible no volver a pisar este lugar más nunca en mi vida.

- Bien, si eso es lo que quieres, eso haremos, pero antes déjame mostrarte algo. – Accedo sin antes pensarlo, entre más rápido me vaya de aquí.

La caja de cristal que estaba a mí alrededor desaparece al momento en que ella hace el movimiento de mano.

-Debido a que no entiendes las consecuencias del no poder controlarte, te mostrare. – Dice. Con un movimiento de mano estamos en el centro de un pueblo.

Tiendas que hay a nuestro alrededor son de madera y piedra.

Es de día, hay gente caminando de un lado a otro, en vez de haber carros hay carretas que son llevadas por caballos. Las mujeres visten vestidos y los hombres trajes.

Es entendible que las calles estén llenas de gentes estamos en el centro del pueblo donde están todos los locales comerciales.

Por cómo se ven las tiendas y como se viste la gente puedo suponer que estamos entre 1700 y 1800

- Si no controlas tu grito dos cosas pueden suceder. – Dejo de mirar a las personas que van de un lado a otro y la miro a Abhigail. – Te puedes volver loca, o matar a gente inocente, o incluso peor, pueden suceder las dos cosas al mismo tiempo.

- ¿Y que se supone que estamos haciendo aquí? – Le pregunto confundida.

- Ves a esa chica, por allá. – Miro en dirección hacia donde su dedo apunta. Veo a una mujer hermosa, cabello rubio, tez blanca, sonrisa amigable, ojos hermosos. El vestido elegante que tiene hace resaltar toda su belleza.

- Si. – Asiento.

- Esa fue la primera Banshee que rechazo mi ayuda. – Frunzo el ceño. No tengo idea de adónde va esto.

- ¿Qué tiene eso que ver conmigo? – Pregunto confundía, aun mas confundida de lo que ya estoy.

- Esa es ella antes de venir a mí. – Responde.

Abhigail hace un gesto con su mano lo que aparenta que adelanta el tiempo.

Detiene su mano y con eso el tiempo.

Ahora ya no estamos en el centro del pueblo, ahora estamos fuera de una casa. Para ser más exacta estamos enfrente de una de las ventanas de la casa mirando hacia dentro y veo a la chica de hace un rato, la cual tenía una sonrisa hermosa y amigable.

Ahora esa sonrisa desapareció.

Ella está en el suelo, con ambas manos en sus oídos, con los ojos cerrados, y sentada en el piso con posición fetal, con sus rodillas pegadas a su pecho.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora