12.

227 22 1
                                    

Rose.

Salgo de mi habitación y bajo para desayunar, veo a Axel de pie frente a la ventana, su mirada parece perdida y rostro se nota tenso.

Algo paso, algo muy malo, malas noticias, para que lo deje así tuvo que ser grabe o eso creo, espero que aquello no dañe nuestra salida.

- ¿Está todo bien? - Me acerco lentamente a él para no alterarlo e uso un tono delicado, él no había notado mi presencia hasta que hablé, escuchar mi voz hace que salga de sus pensamientos y regrese a la realidad. Él me mira, pero aún se ve pensativo y no del todo presente.

- Si - Responde seco y rápido. Esa respuesta me hace pensar todo lo contrario.

Lo miro pensando que puedo hacer para tranquilizarlo, opto por la primera cosa que me vino a la mente.

Me acerco y lo abrazo por detrás, sin darle un aviso, intenta alejarse y todos sus músculos se tensan. Al creer que no está funcionando intento alejarme pero él me toma de mis manos y me atrae hacia el manteniéndome en la misma posición. Sus músculos se relajan tanto como pueden pero aún están tensos. Apoyo mi cabeza sobre su espalda y cierro mis ojos disfrutando del tacto y la cercanía.

Me altero al sentir como se aleja, pero me tranquilizo al ver que solo dio media vuelta para quedar frente a frente conmigo.

Al ser más alto que yo, me mira con esos hermosos ojos chocolates con destellos de verde y una sonrisa forzada que él espera que me convencerá de que está bien.

- ¿Estás seguro que está todo bien? - Le pregunto de nuevo. Él asiente con una débil sonrisa en su precioso rostro.

Su rostro deja de verse preocupado al verme a los ojos, ahora estos son remplazados por una mirada de pervertido. La débil sonrisa que tenía hace un rato se vuelve juguetona.

Él acerca sus labios a los mío, pero no lo suficiente como para que se toquen, solo lo suficiente para que rosen entre sí.

Pasa su lengua por sus labios mojándolos, aquel movimiento hace que se enciendan partes de mi cuerpo y me hagan desear más.

Coloca su mano en mi espalda, el tacto hace que me dé una pequeña carga de electricidad, la cual no es para nada desagradable. Baja su mano delicadamente hasta llegar al final de mi camisa para luego meter su mano por dentro de mi camisa.

Empieza a dibujar con la yema de sus dedos círculos, el tacto de sus dedos hace que arque mi espalda hacia él. Sus manos cada segundo que pasa suben y suben y con ellas mi camisa. La gran parte de mi espalda esta descubierta junto con gran parte de mis senos.

Quizás después de todo no fue mala idea no usar sostén.

A este punto no he podido dejar de mirarlo a los ojos ni él a mí. Cuando siento que cada vez más y más sus manos suben pienso en que debería de detenerlo pero las ganas de saber qué ocurrirá si lo dejo no permiten que diga una palabra.

- Te ves hermosa - dijo de pronto. Su voz ronca me vuelve loca. Acerca su boca a mi oído y susurra de manera seductora algo que me hace flaquear. - Pero te verías mucho más sin nada - Si él no me estuviera agarrando ya estaría en el suelo.

Acerco mis labios a los suyos, me acerco me alejo, los roso, juego con ellos y su nariz para al fin tener aquel beso que ambos anhelamos.

- No quiero que ocurra de esta manera. - Digo con poco aliento. Intento detenerlo pero no puedo. Miro sus rosados y jugosos labios pensando en si debo o no besarlos. Mi parte consiente que no se ha dejado llevar por el tacto y las sensaciones me piden que me detenga y le hago caso.

- ¿Qué? - Pregunta.

- No quiero que esto ocurra por lastima. - Susurro para luego alejarme de él, tomar mi celular y caminar en dirección a la puerta sin mirar atrás, y así olvidar la sensación.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora