26.

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Rose.

Hay una mujer, del otro lado del vidrio, sentada, en posición del buda, con los ojos cerrados.

- Es un honor conocerte. – Dice ella dándome la espalda.

Ella se levanta del suelo, dejando su meditación de lado y camina hacia el vidrio.

Se acerca al vidrio, quedando tan cerca que su respiración choca contra este, nublándolo. Al verle el rostro y escuchar su voz, ella se me hace sorprendentemente conocida, pero no puedo descifrar de dónde.

- ¿Quién eres? – Le pregunto.

- No importa quién soy. – Dice. A medida que ella habla, me vienen a la mente pequeños recuerdos, pero son borrosos e incoherente que son difíciles de descifrar. – Solo necesito que rompas el vidrio. – Miro el vidrio. Por la textura de este, sé que es más fuerte que un vidrio normal. Puedo romperlo con facilidad si uso mi grito, pero... ¿Por qué lo haría?

- Deja tu lado Banshee salir... - se le forma en el rostro una diabólica sonrisa. – Grita.

El momento en que veo su sonrisa es cuando, lo recuerdo. Todo este tiempo estuve intentando descifrar quien era ella o en donde la había visto.

Hace unos días atrás tuve una pesadilla, en la que había gente muerta en el suelo, casas estaban siendo consumidas por el fuego, y había pánico por todo el lugar. Cuando desperté estaba sudando, y la sensación de miedo y pánico se mantuvo conmigo suficiente tiempo, hasta el punto de volverse abrumadora.

La responsable de aquellas muertes y destrucción era una bruja. Era ella. Recuerdo verla en el medio de todo, con la misma sonrisa que tiene en estos momentos.

- Esa eres tú. – La misma sensación de pánico que tuve en aquella pesadilla me recorre el cuerpo. – No lo hare. – Si de algún modo puedo evitar que aquella pesadilla se haga realidad, lo haré.

Al decir que no lo hare, las voces se enojan y empieza gritar, dentro de mi cabeza obligándome a romper el vidrio.

Intento aguantarme, pero las voces solo se vuelven más fuertes, por cada segundo que intento resistirme más fuertes son las voces y el dolor de cabeza se vuelve intenso; mi vista se vuelve nublosa, y mi cuerpo se vuelve cada vez más débil. Mi mente regresa a aquel cementerio, cuando Nana intentaba enseñarme a controlar mi lado Banshee.

El intentar resistirme me causa el mismo dolor que sentí en aquel cementerio cuando intentaba controlarme. Considero la idea de aguantarme y ver si muero, tal y como lo hice en el cementerio, pero es imposible, las voces no dejan que aquello ocurra.

Miro a la chica, ella solo me mira con una sonrisa disfrutando ver mi sufrimiento.

Puedo escuchar la voz de Abhigail diciéndome que grite.

En nuestro entrenamiento ella me dijo que lo peor que yo podía hacer era resistirme a las voces; puedo controlar mi grito y convertirlo en un arma, pero no puedo controlar las voces. Una vez que ellas empiezan no hay nada que pueda detenerlas. Lo único que puede hacerlas desaparecer, es mi muerte, y hablo de la permanente, no de la temporal.

¡Grita!

¡Rompe el vidrio!

¡Grita!

¡Déjalo salir!

¡Rose!

¡Dame lo que quiero!

¡Ayúdanos!

¡Grita!

Eso es un poco de lo que las voces dicen.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora