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Rose.

Si en algo soy experta es en no hacer lo que me dicen.

Ya van 4 días desde que Axel no me habla, y si les soy honesta toda esta situación se está volviendo una pesadilla.

La idea de no saber por qué no me habla me mata; por lo que a pesar de las incontables veces que Ada me dijo que lo mejor era dejarlo solo, me negué.

Cuando yo estuve mal, y me rehusaba a hablar, Axel no hizo nada más que estar a mi lado de intenso. No me pudo dejar tranquila, se quedó conmigo a pesar de que estaba a oscura y no sabía a qué se enfrentaba.

Puede que las situaciones sean completamente diferentes, pero esa no hará que ignore como me trato.

Tenemos que hablar las cosas, solo así todo se resolverá. Él lo hizo conmigo ahora yo lo haré con él.

Son las 1:00 de la tarde, por lo que Ada me ha dicho de él, Axel no se encuentra en su casa, en cambio se encuentra en el centro de la manada, el lugar exacto en donde sufrieron más que el resto de la manada, intentando ayudar.

Es por eso que ahora estoy en el centro de la manada.

Al llegar todo se ve mucho mejor a como estaba 4 días atrás. Han avanzado más de lo que yo creía. Hay camiones llenos de arena de construcción y hombres de un lado a otro cargando arena, madera, palos de hierro entre muchas otras cosas, para construir nuevas casas.

Miro hacia todos lados en busca de Axel, cuando tres niños, vienen corriendo en mi dirección. Son dos niños y una niña, uno de los niños puede tener 4 años el otro 7 o 8 y la niña 10 o 11.

Detrás de ellos vienen 5 niños persiguiéndolos y les lanzan a los tres niños globos con aguas y pintura. La niña tiene pintura azul y rosada por toda su ropa y los niños tienes muchos más colores, azul, verde, rosado y morado.

Uno de los cincos niños le aventó un globo que iba directo a la niña pero ella lo esquivo por lo que el globo se dirigió a mi explotando en mi cara, por suerte el globo tenía agua y no pintura.

Todos los niños se quedan estáticos mirándome con cara de sorpresa y un poco de pánico.

Ahora toda mi ropa esta empapada. Los ocho niños me miran atentos esperando un regaño de mi parte, pero yo no soy tan aguafiestas. La idea de tener una guerra de globo me tienta. Tengo años desde que tuve una con Gabi.

Me acerco junto a los tres niños, por el increíble familiar que hay entre los tres me diré que son hermanos. Le robo un globo de la pequeña bolsa que trae la niña en donde trae todos los globos. El niño más pequeño se esconde detrás de la niña.

Es tan tierno.

Con el globo en la mano, miro a los tres niños y luego a los otros cinco que vienen detrás de ellos y les tiro el globo que tome. Gracias a mi buena puntería el globo le cae a uno de ellos.

- ¿Que hacen ahí parados? ¡Corran! - Les digo a los hermanos para después salir corriendo; ellos notan de que yo también quiero jugar porque comienza a correr, mientras se ríen tiernamente. La niña toma al más chico de la mano para que este siga su ritmo. Les pido que me den unos globos y empiezo a lanzárselo a nuestros rivales.

Los cuatros corremos tratando de huir de nuestros oponentes. Miro como las persona me miran raro, pero no les tomo importancia ya que me estoy divirtiendo como no lo hacía en meses

- Por aquí. - la niña nos muestra unos arbustos que están cerca de una casa, los cuales podemos utilizar para escondernos. Los demás niños se detienen y miran hacia todos lados buscándonos. Nosotros los vemos desde los arbustos riéndonos.

La Reina Trihíbrida #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora