Love With Lies - {Park Jimin}

**-Chapter Ten-**

Rencontrarse con su mejor amiga, fue un gran despojo, nunca pudo imaginarse que sacarse todo, bueno la mayoría, de lo que tenía por dentro le serviría de mucho, después de hablar de la boda, de los preparativos, de los sermones por no acompañarla a la elección del vestido, de no ayudarla a escoger la joyería que usaría en ese momento, ni mucho menos el elemento musical, Lía había estado ausente en su vida amorosa con Jin, y ella lo reconoció, pero su trabajo solo le daba tiempo de dormir.

-¿Y?, ¿No hay nadie en ese corazoncillo?

-No, no lo hay.

-¡Oh vamos!, hasta cuando vas a estar soltera.- Reclamo su amiga.

-No lo sé Lindsay, no es fácil.- Dijo tomando la copa de vino en sus manos.- Eres feliz y por ahora me conformo con eso.

-Eso no me huele bien.- Le miro extrañada.- ¿Todo bien con Willy?

-¡No claro que no!- Quiso gritar, pero modero su tono de voz.- El muy idiota me obligo a besarle en un ascensor a las diez de la noche.

Lindsay casi escupe el vino, tomo su servilleta y se limpio

-¿Quién se cree ese idiota?

-No lo sé...

Escucho la multitud de personas gritando en la entrada, las dos voltearon a mirar, para encontrarse con la mirada del modelo peli plateado, esto debe ser una maldita broma, este camino hasta la cajera con una sonrisa en los labios, al llegar allí le miro y le saludo con una sonrisa, haciendo que ella también le respondiera por educación, quiso disimular mirando a su amiga, pero termino desviando su mirada hacia él, vio como le estaba susurrando a la cajera mientras le pasaba una bolsa de papel.

No duro ni dos minutos cuando el, ya estaba en movimiento para salir del restaurante,  despidiéndose agitando su mano, hasta que salió del restaurante, volvió la mirada hacia su amiga quien ya se había acabado la copa

-¡Oh dios!; Park Jimin- Dijo ansiosa.

-Sí, el mismo.

-¿Lo conoces?- Le pregunto.- ¿Te ha saludado?

-Ha firmado un contrato en la empresa, nos conocemos de allí.

-Quiero trabajar contigo.- Le suplico.

-Olvídalo, te vas a casar y lo último que quiero...

Una bandeja se apareció en la mesa con dos copas de champaña, ellas les miraron extrañadas.

-No perdón pero nosotras no ordenamos esto.- Dijo lía

-El Joven Park invita.- Dijo el mesero sirviendo las copas.- Le ha cancelado la cuenta

-¿Pero?..

-Si necesitan otra cosa, solo llámenme.

El mesero dio la espalda y comenzó a caminar, dejando a Lía completamente paralizada, ¿Park Jimin?, muchos detalles, muchos, habían gastado una cena carísima y una botella de vino, ¿y ya le había cancelado eso?, ¿Ahora el pagara sus cuentas?

-¿Así que solo conoces a Park porque trabaja en la oficina?

-Si...

-¿Entonces porque nos canceló la cuenta y nos invitó champaña?- Le pregunto.- No creo que sea por mí, él no me conoce.

-¿Qué pretendes decir?

-Te conozco desde hace dos años y eso es suficiente para saber que ese sonrojo que tienes en tus mejillas significan que hay algo.- Las manos de la castaña fueron hasta sus mejillas.

-Te equivocas no hay nada.- Dijo muy seria tomando su champaña.

-¿En serio?- Le miro con intriga.- Entonces sácame esa idea loca de la cabeza.

-Vétela sacando porque no hay nada entre Park Jimin y yo.- Le levanto las cejas.- Solo hablamos una vez.

-Como desearía ser tu para hablar y conocer a bombones como el.

-Te vas a casar en unas semanas y sigues con tus cosas.- Soltó una risa.

-Por nuestro brillante futuro.- Lindsay levantó la copa.

-Por tu boda, y tú feliz matrimonio.

Las copas chocaron suavemente, en su pequeño brindis, reírse de las cosas de su mejor amiga fueron lo mejor de la noche, no supo cuántas copas de champañas se tomaron, aunque no quería abusar de la cuenta de Jimin, pero Lindsay más de una vez le decía que no se preocupara por algo había dicho que corría por su cuenta, le dijo que le enviaría el día de la cita de la elección del vestido de las damas de honor, su agenda sí que iba a estar apretada esta semana, pero le prometió estar allí, como todas las amigas solo que ella era muy especial le dejaba pasar esa falta de atención debido a su profesión.

Entre risas terminaron la noche, no queriéndose despedir, en realidad no sabían cuándo podrían pasar una noche como esta.