Capítulo 38

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Los ojos del alfa se abrieron como un lobo hambriento, sus ojos tenían un brillo lujurioso y sus movimientos era lleno de posesividad. Se puso sobre el omega que dormía a su lado y lo observo de una manera que parecía una bestia a punto de devorar a su presa.

El omega tenia los labios entreabiertos, las mejillas demasiados rojos y la respiración jadeante.

El alfa lanzo el edredón lejos de la cama y se lamio los labios mientras miraba el cuerpo que inconscientemente se estaba restregando excitado contra las sabanas, sus manos se presionaban y rozaban en su entrepierna, el omega estaba a nada de despertar.

Las grandes manos acariciaron las suaves piernas, elevándolos hacia los desnudos muslos, las caricias entraron bajo la tela del abrigo que tenia puesto el omega, sintió su vientre contraerse cuando sus dedos rodearon su cintura, separo gentilmente sus piernas metiéndose entre ellas, un pequeño gemido fue liberado cuando el miembro duro del alfa que aun se encontraba dentro del bóxer presionó la entrada húmeda, Gulf se lamio los labios y separo mas las piernas, Mew hundió su rostro en el cuello del omega embriagado por las fuertes feromonas excitadas, la suave piel parecía quemarlo, deseoso por ser tocado, sus dedos picaban por seguir acariciándolo, pronto se sentía desesperado cuando una torrente despliegue de deseo golpeo sus instintos—Mío— demando bajando la cabeza para besar su cuello.

"Miomiomiomiomio"

Gulf abrió los ojos brillosos, llenos de lujuria y levanto la mano acariciando la cabeza que estaba hundida en su pecho besándolo por sobre la tela.

Cuando el alfa sintió los delicados dedos enredarse en su cuero cabelludo, se erguió para mirarlo a la cara.

— Omega, estas en celo— gruño con la voz grave y erótica, y sin esperar respuesta alguna devoró los labios sensuales, escucho al omega gemir bajo suyo abrumado por su masculinidad, y el alfa libero un gruñido demasiado posesivo.

La lengua del alfa se metió en la cavidad acariciando la lengua ajena, el omega tenía que levantar mas la barbilla para poder seguir el ritmo del mayor y para que sean más exquisitos y satisfactorios, sentir su sabor tan caliente parecía hacerlo perder la cordura.

Las pequeñas manos del omega tocaron el torso desnudo, acariciaron vehemente los músculos del pecho y podía sentir al alfa reaccionar a todos sus toques

Mew se arranco la única prenda que tenia puesto, una mano lo llevo en la cadera del omega y el otro metió bajo el brazo rodeando su espalda y como si no pesara nada, lo sentó sobre su regazo y lo miro a los ojos incapaz de aguantar más.

Sus manos agarraron cada nalga y los dos dedos de cada mano presionaron la palpitante entrada, pronto el lubricante natural del omega se deslizaba entre las dedos—Omega— jadeo manteniéndole la mirada, indicándole lo desesperado que estaba por poseer su cuerpo.

Pero más ansioso estaba el menor, quien rodeo la gran masculinidad del alfa y lo guio a su entrada, empalándose de un golpe

—AH!— gritaron los dos al mismo tiempo y las grandes manos se agarraron de sus caderas mirando cómo se encorvaba el omega con la cabeza echado hacia atrás, podía ver como se mordía los labios y su pequeño manzana de adán subía y bajaba sensualmente extasiado de placer.

Fascinado con esa imagen se levanto de la cama con el omega en brazos, de un manotazo lanzó todas las cosas que había sobre el mueble y recostó al menor sobre ella

Miro a Gulf a la cara y jadeo viendo como de un momento a otro los ojos se habían vuelto completamente verdes—tus ojos!— dijo sorprendido

Gulf negó con la cabeza y lo tomo de la nuca atrayéndolo y besándolo apasionadamente, después de unos segundos se separo abruptamente provocando un chasquido— seguiré cambiando alfa— explico ante la duda del mayor — mi omega tomara mi cuerpo con su aspecto... que no te sorprenda... no te asustes no me saldrá una cola o algo— dijo jadeante cuando vio al mayor recorrer su cuerpo con la mirada, enredo las piernas alrededor de la cintura fuertemente—te necesitamos alfa... ayúdame!— rogo gimiendo necesitado, necesitando de aquella fricción deliciosa que calmaba el dolor y lo reemplazaba en infinito placer, urgido por sentir ese nudo que lo elevaba a un total gozo con lo satisfacía completamente.

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora