Capítulo 58

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Aquella noche Mew se alegro de recibir la llamada de la señora Nora notificándole que Thanya había empezado nuevamente a comer, y a jugar con las otras niñas.

Pero su pecho aun dolía, su alfa estaba desesperado por encontrar a su omega, se ahogaba en tristeza, ya ni siquiera podía concentrarse en su trabajo, Gulf ocupaba toda su atención, extrañaba tanto sus caricias, sus tiernos ronroneos, su aroma suave con ese toque tan especial, sus risas, absolutamente todo.

Mew miro la luna desde el balcón de la habitación de su omega, y rio al recordar cuando Gulf intentaba cocinarle algo, mataría por volver a comer su asquerosa comida, pero las lágrimas mojaron esa triste risa que lentamente se iban convirtiendo en silenciosos sollozos.

Se apretó el pecho, justo sobre el corazón, dolía mucho, lo extrañaba a morir y él sabía, sin Gulf no iba a poder seguir adelante, sin su valiosísimo omega ya nada importaba, de solo pensar en su terrible error sabía que no le alcanzaría la vida para volver a repararlo.

Miro la hora notando que ya eran las tres en punto, y sonrió en medio del llanto al recordar aquella noche en la terminaron asustados después de ver una película de terror, y lo peor de todo es que su precioso omega estaba igual o peor, cada día que pasaba sentía perfectamente la desdicha de su omega y lo desesperaba no poder ir a consolarlo.

Las lágrimas mojaron completamente su rostro, estaba temblando como un miserable Alfa abandonado.

Miró el cielo estrellado y se dio cuenta de un sentimiento triste ajeno al suyo.

Y fue allí que lo sintió.

Gulf también estaba llorando mirando la luna.

Su alfa no lo soporto y él sabía lo que le pedía su lobo.

Ya era el momento de buscar a su omega.

Pidió a su lobo un segundo para prepararse, sabía que quedaría completamente desnudo una vez que se transformara, agarro rápidamente un pantalón, en el bolsillo guardo aquella fina cadena que siempre portaba con él, casi lo había perdido la primera vez que se convirtió, ahora no correría el riesgo, sin olvidar su billetera y doblando perfectamente la prenda su alfa yo no le dio más tiempo.

Era el momento, su humano dio un paso al costado, dejando salir a la gran bestia.

Le aulló a la Diosa Luna rogando por su destinado, los sirvientes quedaron aterrados al escucharlo y el gigantesco lobo agarro la prenda doblada y se lanzo del balcón corriendo para salir de los terrenos de la mansión.

🌻🐼

Gulf había encontrado el refugio y la paz que tanto buscaba en su adorada cabaña, pero ya no era lo mismo, después de encontrar a su mitad, había un vacio que no se llenaba con nada.

Pero seguía fuerte por esa pequeña criatura que estaba creciendo en su interior, había empezado nuevamente a vivir, a seguir luchando, porque aunque le dolía saber que su alfa lo odiaba, su bebé ahora era una nueva razón de vivir.

Esa misma noche salió afuera, se abrigo con la campera del alfa, de la que nunca se separo a pesar de que ya no tenía su aroma, se sentó en la banca de madera en medio del jardín y le lloro a la luna.

Le dolía mucho esa soledad.

Acarició su vientre protectoramente y se reprendió una vez más al pensar que no había nadie con él, siendo que había una preciosa compañía que nunca más permitiría a la soledad acercarse a su padre.

-No estoy solo- susurro para sí mismo secándose las lágrimas, pero éstas salían otra vez nuevamente mojando su rostro- no sé qué hacer bebe- le hablo a su hijo, sollozando en silencio.

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora