Capítulo 56

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Día del juicio

Primera parte

El gran día había llegado, las espumas rosas del amanecer aun contenían coágulos de la noche anterior.

El miedo y la incertidumbre de saber cómo culminaría ese día que recién empezaba eran preocupantes.

Mew estaba preparando todos los documentos que necesitaría para esa reunión en la que definiría el futuro de aquella colosal compañía.

Gulf se abrazo más a la gran campera negra respirando el aroma de su alfa aun impregnado en ella, consolando su agonizante omega al tiempo que levantaba la vista a la pequeñísima ventana a lo alto de su celda, viendo los primeros rayos del sol anunciando un nuevo día.

Acaricio su vientre protectoramente prometiendo que ya no se daría por vencido, sea cual fuere el veredicto de los jueces.

El clic de los portafolios tanto del abogado en su departamento, como la del notario en su casa fueron las cornetas que anunciaban el inicio de la batalla, uno apoyando al omega, el otro al alfa.

El gran chorro de ron que fue derramado en el café por el propio Got fue la primera celebración de su ascendencia al poder.

Creyendo que en verdad ese hijo suyo le daría en poder de la presidencia una vez que se adueñe de todo.

¡Pobre iluso!

Tan solo era otra marioneta que Strong usaría para inculparlo de los delitos de malversación una vez que termine con Gulf.

Detrás del alfa la siniestra y traicionera mirada de su hijo lo miraba con burla, satisfecho de que su padre este tan perdido en el alcohol y las drogas que no iba a ser difícil falsificar documentos para culparlo después de todo.

— ¡Buenos días padre! — Saludo enérgicamente sentándose en la gran mesa dejando que la empleada le sirva la taza de café— ¿listo para ser el próximo dueño de MaxTul Campany? — pregunto con una pisca de infamia. Siendo el mismísimo diablo en persona que disfrazaba su vileza con su pequeña sonrisita amable, y su voz llena de bondad e inocencia.

Tan estúpido Got, sintiéndose superior, el todo poderoso, que se elevaba con las palabras llenas de manipulación y veneno de su hijo, pensando que nunca creyó que le serviría tanto ese bastardo que tuvo con la empleada domestica y que abandono a su responsabilidad, valió la pena haberlo criado después de todo.

— No entiendo porque no voy a la reunión del consejo para defender lo que inminentemente será mío— volvió a quejarse agregándole más alcohol al café.

— porque tú, querido padre debes ver como el hijo Lauren, queda completamente destruido, debes ver terminada tu obra de arte— manipulo el hijo, como serpiente deslizando veneno en cada palabra— recuerda que fue Lauren la que casi de te expuso ante Max cuando hiciste aquella estafa, recuerda como amenazo toda esta riqueza que siempre fue tuyo... ella te lo iba a quitar padre, y luego vino ese simple omega arrebatándotelo todo, un-simple-e-insignificante-omega— siguió inyectando veneno en el cerebro de su padre, cuyo único objetivo era evitar su presencia en la compañía.

Convenciendo así al hombre que volvía a nacer en él ese ferviente odio, dominado por la envidia con la que siempre creció, siempre siendo el segundo, al ser Lauren su mayor, era seguro que aquella hermana suya iba a sacarle todo por lo que siempre lucho.

Los dos siendo alfa, era obvio que su padre tenía preferencias para con su hija, a pesar de que Lauren dejo su hogar ni bien cumplió la mayoría de edad recorriendo el mundo haciéndose famosa cantante, mientras Got estuvo aguantando a su padre restregándose a su sombra esperando el momento exacto para arrebatarle todo, y llenó su alma de odio contra su hermana cuando su padre la volvió a recibir como la hija prodiga, brindándole sus riquezas abriéndole un mejor puesto que la que Got tenía.

VALIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora