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Le gustaba la música

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Le gustaba la música.

Era una de las tantas cosas que Madeline —o Mad, como solían llamarla sus amigos— sabía de Mason.

Había descubierto que le gustaba la música en el trayecto de su casa hasta el colegio, siempre se encontraban ya que vivían muy cerca, pero Mad solía esconderse entre la multitud para que el no la viera; se subía de las últimas al autobús porque el chico nuevo era intimidante ante sus ojos y en realidad para todo el instituto.

Y en realidad la gente no solía mudarse a Pillowville; ya qué era un lugar de mucha nieve y mucho frío, pero está familia llegó al barrio revoloteando alguna que otra hormona, como la de Mad.

La anterior mencionada estaba a punto de entrar a su último año de preparatoria junto con él, y la noche anterior decidió comenzar con su plan de las cartas con canciones. Ella sabía muy bien que era el fuerte de ambos. A Mad le gustaba cantar y la música, le gustaba ir con sus audífonos a todos lados, y por lo que había observado, Mason era igual.

"Querido Mason:

¿Recuerdas esa vez que ibas tarareando Youth de Troye Sivan? Para mí era fabuloso escuchar esa voz tan misteriosa susurrar una de mis canciones favoritas.

«Porque no tenemos tiempo para hacernos mayores;
cuerpos mortales, almas eternas,
cruza tus dedos, aquí vamos»

Esa es mi parte favorita, espero que también sea la tuya.

Y por si se me olvida, Mason; My Youth is yours

Ps: Buena suerte hoy, es nuestro último año. ¿No te emociona eso?

Se despide, tu futura esposa."

Madeline en su interior esperaba no haber sido tan intensa como siempre lo es, no sabía que podía pasar mañana, así que solo se metió a su cama y se concentró en dormir.

Al día siguiente.

Estaba nerviosa, su estómago no era capaz de aceptar nada en él; tenía miedo al rechazo, pero mientras en sus sueños aparecía su mejor amiga y le decía que era grandiosa, que tenía que confiar en ella y demostrar lo genial que era, salió de su casa con una seguridad enorme, pensó "Hoy será un buen día" mientras caminaba hasta la parada de autobuses que le llevaba a la preparatoria.

Y ahí estaba él, vestía la chaqueta del equipo de futbol americano y unos jeans negros, su pelo estaba visiblemente húmedo mientras uno que otro rulo caía en su frente. Por primera vez Mad se colocó a un lado de el mientras fingía ver su móvil, y en el momento en que el autobús llegó al paradero; subió de las primeras y se sentó en el mismo puesto de siempre: Hilera Derecha penúltimo asiento.

El trayecto fue tranquilo mientras pensaba en como dejar la carta en el casillero de Mason sin que el se diera cuenta tan pronto, ideó una y mil formas para hacerlo, y cuando llegó a la preparatoria y estaba frente a éste, introdujo la carta por un pequeño espacio y salió corriendo de ahí.

Te lo digo con canciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora