Dedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson.
Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando.
Ella se atrevió, él la leyó.
¿Cómo terminará la historia?
»Aveces, vemos estar triste como un defecto, como si fuera lo peor del mundo, sin embargo no es así. Tenemos muchísimas emociones dentro de nosotros, la alegría, la tristeza, la rabia, el temor; muchas emociones que prevalecen. Me atrevo a decir qué, estar enojado o con rabia es peor que estar triste, porque hieres a la gente sin pensarlo, o te lastimas. Estar triste puede plasmarse de formas diferentes dependiendo de las personas; hay personas que lloran, lloran y llorar y cuando terminan se sienten mejor, hay sin embargo otras personas que se alejan y no sienten nada, no lloran pero tampoco sonríen, están ahí, sintiendo ese vacío dentro del pecho; hay otras personas que guardan esa tristeza intentando invalidarla, evitarla, como si haciendo eso la tristeza se esfumara.
Pero la realidad es qué, muchas veces necesitamos estar tristes para poder avanzar, para sentirnos bien, para levantarnos del suelo y saber que sí, hay días en que somos un lindo día soleado, lleno de nubes con formas múltiples, un día perfecto; sin embargo, otros días puedes ser un día con lluvia, nublado, de esos que solo te dan ganas de quedarte en la cama esperando que la lluvia y el frío pasen, y ambos días están bien y son lindos, a veces nos hacen la pregunta de: "Que prefieres, sol o lluvia?" y es tonto que tengamos que hacer esa comparación, porque realmente ambos días son igual de preciosos, y que llueva un dia solo te da a entender que mañana, cuando pare, habrá un día precioso, con un hermoso arcoíris que cruzará por todo el cielo.
Así funciona la vida, algunos días somos soleados y otros fríos, y no por eso esta mal. Cada emoción es válida mientras no dejes que eso te consuma.
Mason terminó de leer la última parte mientras soltaba un suspiro contenido; estaba frente a su padre, él mismo que cuando el tenía tres años le quemaba cigarrillos en su pequeño cuerpo blanquecino, él mismo que le decía que jamás iba a lograr nada en su vida, el mismo que cuando tenía 15 se intentó suicidar porque no soportaba estar sin la mujer que supuestamente amó.
Él, le dio una sonrisa de oreja a oreja, levantando levemente su pulgar derecho. Desde el accidente que había perdido su movilidad; los médicos decían que había sido pura suerte que el haya quedado con vida.
A pesar de que a Mason aún le costaba sacarse la camiseta y ver sus cicatrices, lo que hoy miraba en esa cama no era ni un cuarto de lo que el veía, por eso se compadecía y se aseguraba que su padre lo supiera, que no se sintiera solo, que a pesar de todo eran ellos dos contra el mundo.
Cuando cerró su libro y se levantó de la silla, su padre le tomó la mano como pudo e intento acercarlo, Mason, con su semblante que todos ven inquebrantable, dejó salir las lágrimas que llevaba conteniendo desde que entró a la habitación; su padre lucía cansado, derrotado y en sus ojos se notaba que ya no quería más. La idea, simplemente le aterraba, no quería quedarse solo, no otra vez.
Después de abrazar a su padre se dispuso a ir a su habitación que se encontraba conectada a la de el, y sacó la carta que no había querido leer en el instituto. Sonrió porque esa cancion en especial nunca la había escuchado, no era muy fan de la música electrónica pero estuvo consciente que Avicii había sido reconocido internacionalmente por su trabajo y sus canciones, era un legado. Rápidamente buscó en Spotify la canción y se maravilló porque le encantó, así que la agregó a su playlist donde solo habían canciones que la chica —su chica— le había dedicado.
Ahí, acostado en su cama, revisó los comentarios de su video; nunca pensó tener tanto impacto, tenía casi cinco mil reproducciones y eso que solo llevaba en YouTube un día. La idea había sido de Kat, la enfermera de su padre que era casi como su madre; que lo escuchó cantar mientras cocinaba algo y le dijo que debía sacar provecho de su arte. Que ella cantaba como cachorro resfriado.
Y entonces la recordó, recordó su cabello negro y lacio cayendo por sus hombros, recordó su piel y sus abrazos; y en un instinto reflejo sacó una foto que guardaba en su buró, donde se encontraba el de niño y su madre, ambos sonreían —si la gente hubiese sabido el infierno que pasaban ambos, nadie vería esa foto de la misma forma—; y entonces, sucedió.
Su pecho se comenzó a apretar, la sensación abrumadora de no poder respirar se hizo presente esa noche, se levantó bruscamente de su cama e intento recordar lo que siempre hacía, contar hasta 10 y pensar en cosas lindas como su terapeuta le había dicho, sin embargo, nada funcionaba, la sensación de abrumacion no se iba, y allí, a las nueve de la noche de un día Miercoles, se desvaneció.
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Holaaa, este capítulo es para que conozcan mucho más a Mason, nuestro bebé está chiquito, hay que cuidarlo ♡
