Dedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson.
Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando.
Ella se atrevió, él la leyó.
¿Cómo terminará la historia?
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Perspectiva de Mason:
Ella está ahí, acostada en la cama que solía ser de ella; mentiría si dijera que no me afecta entrar, es la primera vez que lo hago después de que me recuperé; hace un año exactamente. Sin embargo, ver su cabellera roja es algo tranquilizante, y verla despierta aún más.
Aún siento mi pecho apretado después de la última crisis que tuve, me tuve que encerrar en el baño porque no quería que su madre me viera así, ni que Kat formara un problema de algo que ya tenía controlado, bueno, semi controlado.
—¿De qué tenemos que hablar? —preguntó, con su tierna voz—, sé que lo que hizo mamá está mal, no debimos haber aceptado.
Yo niego rápidamente, no puedo creer que piense que me molesta tenerla tan cerca, la realidad es que lo amo, además siento que cerca mío puedo cuidarla. Eso me hace sentir seguro.
—Y entonces... ¿Qué? —Noto confusión en su voz, lo cual hace que mi corazón comience a palpitar de una forma irregular. Era la primera vez que hablaba con alguien del accidente, del momento exacto y lo que vino después, lo había hecho con la doctora Fisser pero era por obligación, y ahora estaba dispuesto a decírselo a ella sin que nadie me lo obligara.
"Sí que estoy jodido" Pensé para mis adentros, luego me di cuenta que había estado mucho tiempo callado, Madeline me miraba expectante.
—Primero que nada, debes saber qué mi padre está abajo, enfermo, por eso está Kat aquí —El ceño de ella se frunció, creando una pequeña arruga—, Ella no es mi madre, pero si se asemeja a una, y ha sido como una durante todo éste tiempo.
—¿Tu madre donde está? —Preguntó.
Me hubiese gustado decirle que estaba en otro estado, que no vivía con nosotros porque mi padre fue un jodido maltratador, pero sin embargo; de mi boca salen las palabras de la forma más fría y cruda que puede pronunciar una persona.
—Está muerta —digo, tajante; ella abre sus ojos y me mira, no hay nada en su mirada; a veces me sorprende lo fácil que los ojos pueden hablar, lo fácil que pueden expresarse sin ninguna palabra de por medio—Podría recordar esa noche como si hubiese pasado ayer, pero en verdad fue hace cuatro años desde que me dieron esa noticia...
»Tenía 15, se supone que en esa etapa tienes que estar conociendo la vida, las fiestas, escapándose de casa a escondidas de tus padres, sin embargo, yo pasé la mayoría en un hospital y después... Después todo en mi se fue...
Tomé una respiración y le corrí la mirada, algo se estaba anudando en mi garganta, y era terrible seguir hablando con esa sensación, pero seguí.