Dedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson.
Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando.
Ella se atrevió, él la leyó.
¿Cómo terminará la historia?
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— ¿Por qué? —La voz del chico comenzó a temblar, detalle que a Maddy no le pasó desapercibido.
La verdad es que ella no quería hacerlo sentir mal, esa nunca fue su intención. Siempre admiraba la capacidad para mantenerse sereno, y las noches en las que veían películas en su mente se preguntaba cuál era la necesidad de que los hombres que te planteaban los libros siempre fueran matones o rompecorazones y las chicas se enamorarán de tal forma que cuando los chicos buenos aparecían, quedaban totalmente ignorados.
—Es que... No has estado en casa, Mason; quizá estoy invadiendo tu espacio y no lo había notado... —Le respondió, de forma rápida mientras tomaba otra respiración.
—Claro que no me molestas, Madeline.
—Pero...
—He sido más feliz que en todos estos años contigo aquí —Mason se confesó.
En estos momentos había una delgada línea entre lo que el sentía y lo que le podía decir. Tenia miedo de tantas cosas, aún le temía a la oscuridad y a las arañas, pero también le daba miedo que la gente se fuera de su lado, entonces en ese momento sus inseguridades salían a flote y pensaba que él era el problema, cuando no era así.
Es increíble como tu mente puede bajarte la autoestima, puede hacerte sentir inseguro e inferior. Y aunque Mason lo tenía levemente controlado, los sentimientos por la pelirroja eran más fuertes.
«Cuando le das tu corazón y sentimientos a una persona, le estás entregando el poder de conocerte, de ver dentro de ti y también le das el poder de lastimarte, de destruirte. Tienes que ser cuidadoso, hijo, porque el amor puede ser lindo, pero también dañino»
Él recordó las palabras de su madre en algunos escritos que ella solía hacer —Mason había obtenido ese talento de ella—, y que aún tenía Guardado en el cofre gigante que yacía como asiento al final de su cama, donde mantenía las cosas importantes, entre ellas; las cartas de la chica.
—No quiero que pienses que no eres importante para mi, Madeline —volvió a hablar—, porque honestamente no es así; y sé que llegará el día en que pueda confiar cien por cien en ti, solo... Necesito tiempo.
— ¿Confiar al cien, Mason? —Madeline soltó una risa irónica, carente de gracia—, entonces, ¿Este tiempo no confiabas en mi? Yo estoy viviendo en tu casa, contándote mis miedos y problemas y ¿Tú me estás diciendo qué no confías en mi?
—No es eso, no es lo que intentaba decir...
— ¿Y qué es lo que intentabas decir? —La chica se volteó, lo miró directamente; su mirada era desafiante y el chico no se tardó en descubrir el dolor y la rabia en su mirada.
—No le puedes pedir a la gente que sea igual que tu, Mad —Respondió, porqué era verdad.—No puedes exigirle a la gente que confíen con la misma rapidez que tú, las cosas no son así.
—Mason, sabes por todo lo que pase, nisiquiera debería confiar en ti ahora mismo, pero sin embargo lo estoy haciendo —El chico asintió, sin dejar su mirada en ningún momento.
—Sí, claro que lo sé, y no quiere decir que no esté agradecido por eso; pero no puedo ser igual que tú, somos personas diferentes Mad, lo que a ti no te costó a mi me puede llevar más tiempo.
—Es increíble —Mad se levantó de la cama, alejándose más de él—, ni siquiera puedes confiar en mi, Mason. ¿Qué hago aquí? ¿Soy a la chica que le tienes lástima? Porqué si es así, prefiero largarme de una vez por todas.
Internamente, ambos llevaban cicatrices que les costaría tiempo curar; pero sabían que así no lo lograrían.
— ¿Eso quieres? ¿Quieres irte? —Él le preguntó, levantándose de la cama mientras la miraba.
"No quiero irme" Pensó ella, no lo dijo. "No te vayas, no quiero que me dejes" Pensó ésta vez él, pero tampoco lo dijo.
—Si quieres irte no te obligaré, Madeline; tú tienes tu libertad intacta, no es un amarre vivir aquí —Mason siguió hablando, a la chica se le llenaron los ojos de lágrimas y un nudo en la garganta se instaló como quién llega a su casa.
La voz rota del chico se hizo presente: —Pero no intentes minimizar el dolor de las otras personas sólo porqué no actúan de la misma forma que tú.
»O acaso cuando me conociste ¿Pensaste que mi papá estaría en una cama conectado a máquinas? ¿O tan sólo pensaste en qué había perdido a mi madre y a mi hermana en un accidente? Porqué apostaría que no, sin embargo, a pesar de haber pasado todo eso, no minimizó lo que te pasa, porque sé que quizá no es lo mismo, pero lo sufres a tu modo.
El tomó una respiración, las lágrimas ya no estaban.
—Y no te lo estoy reprochando ni nada, Madeline, estoy intentando explicarte que todos somos humanos diferentes, sentimos diferentes y no podemos obligar a alguien a que sienta o actúe de una forma que queremos.
Mad, quién seguía en el mismo lugar, analizó las palabras del chico de pelo negro que estaba mirándola. Sabía que tenía razón, y sabia que se había equivocado, aún así, no lo aceptó tan fácil.
—Necesito que me dejes conocerte, Mason —Le pidió, mirándolo; sus lágrimas ya se habían detenido.
—Y yo te dejaré hacerlo, Madeline; pero necesito tiempo —Le contestó, porqué era la realidad. Tenia miedo y mucho, pero sabía que por ella podía arriesgarse—, ahora, podrías comer porque Kat pensó que cocinaba horrible y no queremos hacerla sentir mal ¿Verdad?
Ella negó, claro que no quería hacerla sentir mal si era lo único que prácticamente tenía. Lukas había estado con ella lo más que podía, en casa de Mason ya lo amaban e incluso compartían algunas tardes los tres.
— ¿Quieres tener una cita oficial mañana? —Le preguntó en el momento que Maddy había dejado de comer.
No queremos que la novia se muera antes de tiempo, ¿No?
—Claro que quiero, pensé que jamás lo preguntarías —Respondió casual, era algo que Mason amaba.
—Entonces, una cita será —Hizo un gesto de militar y se marchó, no sin antes darle un beso y desearle buenas noches.
Ambos se durmieron pensando que mañana sería un gran día, y vaya que lo sería.
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Hola bebes♡
Dejo ésta nota de autor porque quiero que me respondan una duda que tengo.
¿Ustedes sienten con esta historia? Mi mayor meta es hacerles sentir lo que quiero transmitir, pero me gustaría saber si de verdad lo estoy logrando. He intentado que no sea como una típica historia porque sé que escribir sobre esto es lo que me gustaría leer, pero no sé si a ustedes les pasa lo mismo; o si les ha dejado alguna frase favorita o algo así. ¿Podrían responder?