Dedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson.
Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando.
Ella se atrevió, él la leyó.
¿Cómo terminará la historia?
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—Todo está en orden, las contusiones son leves y con reposo podrían sanarse sin necesidad de tanto medicamento —les dijo el médico a las cinco personas que estaban en la habitación blanca del hospital, está vez, se dirigió a la madre—. Debe realizar la denuncia, señora, si no hubiesen llegado a tiempo su hija hubiese muerto.
—Lo haré, muchas gracias doctor —respondió con honestidad.
—Avisen inmediatamente cuando despierte, es importante hacerle un chequeo rápido.
Todos asintieron mientras miraban a la pálida Madeline, que estaba recostada en la camilla, su rostro aún tenía rastros de sangre y estaba hinchada, su cuerpo tenía múltiples moretones visibles en los brazos y en el cuello. A todas las personas de allí les dolía verla ahí, a su madre porque no había podido proteger a su propia hija, a sus dos amigos porque antes de que pasara todo, habían estado riendo y bromeando sobre cualquier cosa, a Kat porque sabía cuánto le afectaba al chico que estaba parado en una esquina, además que no entendía como alguien ligado a la familia podía hacerle algo así a su hija y finalmente a Mason, haberla encontrado casi moribunda y saber que llegó justo a tiempo, si se hubiese tardado posiblemente hubiese muerto ahí la única chica que él había amado.
—Señora Carson, deberíamos hacer la denuncia —le dijo Lukas, rompiendo el pesado silencio que se había incrustado en la habitación—, Yo y Trish podemos acompañarla.
Ella asintió y se levantó de su silla, la comisaria no estaba tan lejos del hospital, si Mad llegara a despertar le avisarán y no le tomaría tanto tiempo llegar.
—Por favor, avisenme cualquier cosa —sus ojos se habían vuelto a llenar de lágrimas. Mason y Kat asintieron casi de forma monótona, mientras la mujer le mencionaba que estuviera tranquila, que ella estaría bien.
Cuando los tres dejaron la habitación, Mason suspiró. Vaya forma de conocer a su suegra ¿No?
Bueno, técnicamente no eran novios pero casí.
—¿Quieres un café? —Kat le preguntó mientras lo miraba, él estaba sosteniendo la mano de la chica.
Solo asintió, sus ojos seguían fijos mirando a la pálida Mad, su mano estaba fría, así que la entrelazó con la de él y se apoyó en su camilla. Sus nudillos aún tenían sangre que no era la de él, sino la del padre -si es que se podía llamar así- de Mad.
—Los minutos se sienten años cuándo uno está aquí -comenzó a hablar el chico, consciente de que ella no lo estaba escuchando—, verte aquí, con tus ojos cerrados no habla muy bien de nuestra segunda cita...
La mano de Mad se movió, lo que activó las alarmas del chico; sus ojos se abrieron levemente, acostumbrándose a la luz Blanca y fuerte del hospital. Sabía dónde estaba, ella recordaba absolutamente todo.
—No puedo creerlo, y yo estaba a punto de describirte mis crímenes —él rió, siendo capaz de sacarle una leve sonrisa a la chica—, Por fin despertaste, sentía que habían sido años sin ti.
—¿Donde está mamá?... -Fue lo primero que dijo—, ¿Está bien? ¿No está... Verdad?
La voz rota de Madeline hacia añicos el corazón de Mason, quien negó mientras le explicaba qué su madre no estaba en la casa, que estuvieron un tiempo en casa de Mason y qué el golpeo al caballero que ella llamaba Padre. También le explicó qué ahora su madre estaba haciendo una denuncia junto a sus amigos, y que había aceptado quedarse un tiempo viviendo en la casa de él.
—Mason... Es mucho, no viviré contigo —le cortó rápidamente—, nos podríamos ir a vivir a otro lado, no sé, algo.
—Ya está decidido, lo siento —le respondió con una sonrisa de suficiencia—, le avisaré al médico y luego conversemos, tenemos mucho de que hablar.
Dicho eso salió del cuarto en busca del doctor y dejando a Mad sola, pensando en que pasaría ahora que viviría con la persona que le gustaba. Eso era muy de libros, pero suponiendo todo lo que había pasado, se resignó.
□□□
—¿Por qué aceptaste? —Mad habló cuando ambas se quedaron solas—, podría llegar un asesino y decirte "Ey, ¿quieres venir a vivir a mi casa?" y tú le dirías que si, así no son las cosas, mamá.
—Él me dijo que era tu novio —la chica se sonrojo.
—No es mi novio, mamá.
—Él te salvó, Madeline Carson, y al menos hasta que encuentre una forma de meter a tu padre a la cárcel, viviremos ahí. —Cortó rápido a la chica, que no estaba dispuesta a perder esa discusión, como si su madre hubiese leído su mente, continuó —No voy a discutir esto contigo, ya tomé una decisión y la respetas. Además, ayudaremos con la casa y con los gastos básicos, no seas caprichosa.
—¿No podíamos ir a otro lado? No llevo ni un mes y ya estoy viviendo con el, mamá. ¿Pensaste en mi, siquiera?
—Justamente porque pensé en ti es que hice esto, esté chico te cuida y te quiere, Mad, se le nota de lejos; vieras lo preocupado que estaba, estaba temblando cuando no despertabas, y te susurraba que por favor abrieras tus ojos, que eran los más lindos y que al despertar te diría tantas cosas... Me agrada.
A Mad se le ablandó su corazón y se le derritió a la misma vez que escuchaba a su madre, imaginándose lo tierno que el se vería preocupado por ella.
Ese mismo día le dieron el alta a la chica, qué se sentía algo rara llegando a esa casa y con una habitación diferente a la suya, su madre también tenía una sola para ella así que estaría sola esa noche.
—Tenemos que hablar primero, llamita —le dijo Mason entrando a la habitación.
¿Qué podría pasar ahora?
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Solo diré que el próximo capítulo será muy emotivo —cómo si emotividad le faltara a la historia—, en fin, espero que lo disfruten mucho<3