Dedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson.
Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando.
Ella se atrevió, él la leyó.
¿Cómo terminará la historia?
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Perspectiva de Madeline
—Creo que deberías hablar con ella, baby—Mason me dijo mientras me hacía cariño en el pelo—, quizá te escuche ahora.
Aunque él no pudiera verlo, mis ojos se habían llenado de lágrimas y ardían, amenazando con salir.
Oficialmente un mes desde que no hablaba con mamá, desde que no la veía, desde que no me llamaba; era como si desapareciera de la faz de la tierra, simplemente parecía no salir de casa. No supe nada de papá tampoco, sí de los constantes llantos que se escuchaban de la que alguna vez fue mi casa. Sin embargo cuándo había intentado acercarme, no tenía respuestas.
—Te juro que si pudiera yo haber hablado con mi mamá, lo hubiese hecho —su voz sonaba triste, melancólico—, aprovecha que la tienes.
—Tu madre no prefirió a tu papá, Mason —le corté, odiaba tener esas conversaciones con él; arruinan toda La Paz del momento.
Me alejé, apoyando mi cabeza en la almohada, rápidamente me miró. Su cabello estaba desordenado producto de mis cariños antes de apoyarme en su pecho, y su piel emanaba un calor agradable.
Ahora dormíamos juntos —y era la jodida sensación más extraordinaria del mundo—, Kat no parecía tener problemas en eso y desde que compartíamos habitación, nuestra conexión había crecido considerablemente, (Obvio, también nos ayudó el hecho de haber hablado y casi separarnos). No fue mi método favorito, pero de alguna forma necesitaba que él confiara en mi, ahora lo entiendo mucho mejor.
Durante éstas semanas también había aprendido cosas de Mason, como el hecho de que no podía dormirse sin música; así que en la noche solíamos compartir audífonos y cantar un rato, a veces él, aveces yo. Había descubierto también que sus cantantes favoritos eran Harry Styles y Sam Smith, solían tranquilizarlo mucho cuando tenía ataques de ansiedad —también suelen darle mientras duerme, así que en esos momentos solo puedo susurrarle cosas tranquilas y esperar—, que su yogurt favorito era el de fresas y su leche favorita también era del mismo sabor; que le gustaba mucho la música y la escritura y que le leía a su padre (que se había convertido en un gran confidente para mi) todas las tardes.
En realidad, vivir con Kat y German era agradable, con la mujer teníamos conversaciones profundas y sentimentales, donde ambas terminábamos llenas de pañuelos con mocos; y German era bueno escuchando —no podía hacer mucho—, ok, chiste cruel. Aún así, siempre tenemos momentos los tres, donde Kat ha revelado que sus dos hijos murieron a manos de su ex esposo que era un maltratador de mierda; un día mientras ella estaba en el supermercado, el enfermo golpeó a sus hijos hasta que sus pequeños cuerpos no resistieron mas; Theo tenía 6 y Klaus 4. Curiosamente fue el mismo día que Carly y Laura fallecieron, por eso ella conoció a Mason.
