Te lo digo con canciones.

31.

"He leído a lo largo de mi vida libros que creen que el amor es la sanación a todos los males... ¿El amor sanó la peste negra? ¿La hambruna en los países pobres? ¿El amor curó virus mortales o a descubierto la cura de epidemias?

Si la respuesta es "no". ¿Qué te hace pensar qué el amor curará una adicción al alcohol? ¿Qué un padre alcohólico cambiará de la noche a la mañana? ¿O qué un violador dejará de violar? ¿O simplemente que un maltratador dejará de maltratar sólo porqué se enamoró? O el ejemplo más tonto que siempre ponen en los libros. ¿El chico malo rompe corazones enamorándose de la tímida chica? Él cambia por ella y al final terminan bien, pero no es así, y no debemos ver algo positivo como "Ay, él dejo su violencia por ella", si el chico golpeaba todo lo que quería, necesita ayuda. No está bien no poder controlarse.

Sin embargo, el amor puede sanar para su bien propio, el amor de familia me sanó, mi amor propio me sanó y me hizo darme cuenta que eso que fui después de las muertes, no era lo que yo quería. Mi amor propio me ha salvado de la depresión, de caer una y otra vez en las mismas porquerías que me metía hace cuatro años. Ahora miró a atrás y nunca, jamás, me arrepentiré de haber sido lo que fui aunque no es algo de lo que me guste hablar; ese fui yo y logré salir, y si yo, un adolescente de quince años pude. ¿Qué te hace creer que tu no?"

Cuando Mason dejó de leer, sintió miradas orgullosas en él seguido de aplausos que llenaron su pecho de alegría. Cuando estuvo en terapia conoció este grupo de apoyo para personas que viven y vivieron experiencias traumáticas, que pasaron por depresiones, intentos de suicidio y que aún no superan bien las cosas. Era un día Martes y aunque fingió estar enfermo para no ir a la escuela, se sentía mal por no estar protegiendo a su chica.

Después de lo de su madre, Madeline lloró toda la noche en los brazos del chico, allí, en el sofá de la casa, fue una de sus más largas conversaciones y permitió que Mason conociera más a Maddy.

—Cuándo el comenzó a golpear a mi madre, yo era chiquita —Tomó una larga respiración—Pensaba que era normal que tu madre amaneciera con moretones en su ojo y en su cuerpo; Mamá sonreía a todo el mundo intentando aligerar la situación, evitando que las personas se dieran cuenta aunque todos lo hacían... Yo podría recordar cada mirada que me daban cuando salía de casa, sin embargo, no sabía que estaba mal.

»Hasta que crecí y en la escuela te decían lo que era el maltrato, ahí dejé de ver a mi padre como lo que antes idealizaba; el hombre que siempre iba a cuidar de mi nos estaba dañando. Se supone que dicen que uno busca a alguien similar a su padre para pasar el resto de su vida, pero prometí nunca buscar a alguien así, ni dejar que lo hicieran cómo mamá.