trish.frgsn: Y si te vienes un tiempo para acá? Mamá no tendría problemas en recibirte.
maddy.c: Lo sé, lo pensaré:(
trish.frgsn: Hizo algo? hay que matarlo?
maddy.c: No:( pero siento que molesto, no está en casa mucho y a penas nos vemos, quizá lo hace para evitarme:(
La verdad es que Madeline estaba tan equivocada, ni en un millón de años ella aburriría a Mason, sólo qué el último mencionado había estado ocupado con una de las personas de su grupo de ayuda que había recaído; estaba en el hospital y no tenía a nadie más que a los de el grupo, y él era uno de ellos.
Las semanas habían sido así, por lo que la chica decidió hablarle a su amiga. Carrison realmente no estaba tan lejos, así que no le costaría tanto cambiarse de ciudad y así dejar de molestar en ésta casa, aunque, para ella ser sincera; debería admitir que habían sido unas semanas tranquilas y productivas, se había acercado mucho a Germán; quién incluso en su propio estado intentaba sonreír con las ocurrencias que a Mad se le ocurrían, se le veía mejor de ánimo y ni hablar de Kat, ella había sido un apoyo gigante e incluso para la misma mujer lo había sido.
— ¿Por qué no está en casa? —Mad suspiró.
Estaba sentada en una silla de la isla que había en la cocina, mientras miraba como Kat cocinaba. La mujer la miró, un destello de preocupación pasó por los ojos, la chica pudo notarlo.
—Él siempre ha sido así, habían semanas completas que se iba —murmuró la señora, batiendo unos huevos—, no creo que debas preocuparte. Con el tiempo te lo dirá.
Ella no podía hacerlo, a Mason le había costado mucho haber confiado en ella, y supo que en el momento en que fuera adecuado, él se lo diría sin chistar ni colocar peros, pero si aún no lo sabía; tendría que ser paciente.
— ¿Soy mucha molestia, acaso? —Las lágrimas se habían acumulado en los ojos azules, vió a Kat negar rápidamente— ¿Y entonces?
—No debes pensar tanto las cosas, llamita —En éstas semanas, todos se habían acostumbrado a llamarla así, algo que a la pelirroja no le molestaba.
—Es inevitable, hasta mi propia familia me lo ha dicho —Suspiró, fue fácil notar la tristeza en las palabras.
—Son estúpidos, siempre piensa eso.
Y es qué, es tan fácil tirar a la mierda todo el trabajo que cuesta amarse, valorarse como persona y apreciar tu vida después de haber tenido recaídas. Pero llega un momento en que una sola palabra o una sola acción pueden mandar todo ese tiempo en que lo intentaste; y te hace sentir insegura y llegas a menospreciarte. Y también es increíble que esas palabras y desmotivaciones lleguen de personas a las que uno más ama; y lo que peor puedes hacer es minimizar el dolor de una persona por sentir eso, porque uno no sabe todo lo que ha pasado la otra persona para creer que todo el camino recorrido ha sido fácil, que se ha levantado y ha dicho "Oh, hoy me amaré", porque realmente las cosas no son así, llevan consigo un tiempo y motivación. Motivación que en éste caso, los propios padres de Mad habían acabado.
Por tantas razones es porqué había pensado cada día más en el hecho de mudarse de Pillowville, de olvidarse de su familia y de qué las personas que la trajeron a la vida, la habían dejado.
Su ánimo decayó, y de pronto se encontró llorando en su habitación porque todo lo que había pasado era una mierda; porque dicen que la vida es maravillosa más ella no estaba pensándolo en ese momento, porque dicen que la familia es lo único que queda en los momentos malos sin embargo a ella, la habían abandonado sus padres y la habían humillado y lastimado. Porque secretamente se sentía sola en esas cuatro paredes.
Cuándo las lágrimas cesaron, se sentía vacía; y estaba sentada en su cama mirando la ventana. La noche había caído y lo único que alumbraba las frías calles de la ciudad eran las farolas de la calle. Dos toques en la puerta la sacaron de su trance, murmuró un pase de una forma casi inaudible para que por la estructura de madera entrara un chico de pelo negro que ella conocía muy bien con una bandeja en sus manos.
—Servicio de habitación gratis —Le dijo, de forma animada, pero al ver el semblante de la chica sin ninguna expresión, su rostro se puso serio— ¿Estuviste llorando, Mad?
—Estaba durmiendo —Le respondió fría—, por cierto, no tengo hambre, gracias.
—Kat dijo que no habías querido comer, no te voy a dejar morir de hambre —Su voz exigía autoridad, pero como Maddy era rebelde, no le dió la oportunidad de intimidarla, en su lugar, se metió a la cama y le dio la espalda
— ¿Que pasa? Podemos hablar.—No quiero hablar, Mason.
Hubo un silencio en la habitación. Mad recordó a su madre insistiendo que le dijera el porqué estaba llorando y las veces en las que le pedía que la dejara sola, se lo pedía, sí, pero no era lo que quería. Y es que a veces solo basta con que alguien se acueste a tu lado y te diga que todo estará bien sin necesidad de preguntas ni de reproches.
Y fue justamente lo que Mason hizo, pues la entendía bien; se recostó a su lado y hubo otro silencio, ésta vez no incomodó a ninguno de los dos, solo sus respiraciones se escuchaban, hasta que Madeline dijo algo que el chico no estaba preparado para escuchar.
—Quizás me mude a Carrison, Mason.
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Te lo digo con canciones.
Novela JuvenilDedicar canciones y escribir cartas eran cualidades propias de Madeline Carson. Mason era lindo, dispuesto a sonreírle al mundo sin mostrar lo que verdaderamente estaba pasando. Ella se atrevió, él la leyó. ¿Cómo terminará la historia?