42

10 5 2
                                    

Perspectiva de Mad:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Perspectiva de Mad:

La casa estaba más tranquila como de costumbre. Desde la muerte de German que ya no se sentía la misma aura; todos en casa estaban decaídos, Mason salía lo justo y necesario de su habitación, Kat ya no merodeaba por la casa cantando alguna canción, y definitivamente yo me sentía como un pez fuera del agua, de un acuario si era posible.

Habían pasado ya unas dos semanas resumidas en eso, casi no veía a ninguno de los dos y mi vida se había vuelto rutinaria al punto de llevar haciendo casi cinco días lo mismo, levantarme, ir al instituto, comer, volver y luego dormir; ¿La rutina cansa? Creo que muchísimo más de lo que imaginamos.

¿Han escuchado hablar del Sexto sentido de las personas? Desde pequeña siempre creí que yo lo tendría —o más bien que lo tenía—, curiosamente sentía los días malos, y éste en especial, no se sentía para nada bien, era una sensación poco amigable, incluso hacia que me sintiera de una forma alarmada y paranoica.

Cuando me levanté para ir a los últimos días de instituto, Mason estaba dormido y cuando le pregunté si quería ir, se limitó a decirme que se sentía enfermo, y que no iba a ir en una semana. No quise reprocharle porque, German era la última persona de su familia que le quedaba en vida, y ahora que ya no estaba; era comprensible que se sintiera solo, después de todo él era su padre; no podía no sentir tristeza, a pesar de lo malo que hayan pasado, la vida les dio una lección y les hizo apoyarse en ellos para poder sobrevivir al luto.


Dentro de mi, yo sabía perfectamente que Mason no estaba bien, que no se encontraba bien; y en algunas noches de insomnio —y del suyo propio, tambien—, me planteé preguntarle si es que quería ayuda nuevamente; si es que quería volver con la doctora Fisser para que le escuchara si es que yo no era lo suficientemente auditiva para poder escuchar sus penas, o si acaso le daba vergüenza. Pero sabía la respuesta, y sabía que se daría media vuelta y fingiria dormir sólo para evitar la conversación, así que me lo callé.

Cuándo llegué ahí, ya sentía completamente raro el ambiente.

A diferencia de otros días en donde la rutina era pasar a la cocina, buscar algo para comer y subir a la habitación que compartía hace tiempo con mi chico para compartir la comida con él, tuve un presentimiento diferente; así que evité a toda costa entrar a la cocina y supuse qué Kat estaría ahí, por lo que subí rápidamente a la habitación de Mason.

Y vaya, que hubiese deseado no hacerlo.
O quizá haberlo hecho unos minutos antes.

A penas entré, esperaba encontrarme a mi peli negro artístico en su escritorio, escribiendo alguna cosa que sólo él sabia; sin embargo, lo que me esperó, fue una imagen totalmente diferente e impactante, una que me dejó con el cuerpo helado y que hizo que en cuestión de segundos, comenzara a temblar. Y aunque no vi a nadie en la cama, sabía que no era bueno; lo sabía por la forma en que la puerta del baño estaba cerrada, o semi cerrada; lo supe por el frasco de pastillas que estaba sin contenido a la mitad de la habitación. Lo supe porque mi interior me lo había gritado, incluso él en algunas ocasiones con sus miradas y comentarios sobre "cuando yo no esté aquí...".

Te lo digo con canciones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora