Te lo digo con canciones.

40.

Es increíble cómo la vida podía ser una montaña rusa de emociones desconocidas y nuevas. Al menos así lo pensaba Mason.

El chico se levantó al día siguiente mucho más temprano que de costumbre; tenía en su pecho instalada una sensación no muy agradable y que generalmente terminaba en algo malo, algo muy malo.

La vió dormida, con sus pestañas largas haciendo una guerra con sus pecas; pensó en que lo veía tan imposible, ella estaba ahí con él, durmiendo en su habitación. Madeline no lo sabía, pero se había convertido en un cable a tierra para Mason, quien siempre se dedicaba a adorarla en esos momentos.

Se levantó de su cama de forma perezosa —costumbre mañanera—, y prosiguió su camino hacía la cocina, donde Kat se encontraba con expresión preocupada.

—Buenos días —le dijo el chico mientras le besaba la mejilla, ella no reaccionó—, Kat, tierra llamando a Kat.

La vió pestañar, cómo si volviera al mundo exterior; solo ahí respondió: —Hola cariño, ¿Cómo amaneciste hoy?

—Bien, ¿Qué pasó? —Mason no solía aguantar mucho la intriga y el hecho de que le ocultaran cosas, tal y cómo lo estaba haciendo Kat .

—Tu papá no está bien, creo... Creo que... —La mujer evitó la mirada del chico—, no sé que pasó, pero no está bien.

El debate mental entre decirle que había empeorado o decirle que era momentáneo se estaba desarrollando en su cabeza. Sabía que era mejor que Mason lo supiera, pero lo había visto tan feliz que no quería destruir esa burbuja.

El chico no necesito más que esas simples palabras para dirigirse rápidamente a la habitación de su padre; quizás sus latidos se habían vuelto más pesados o era él que simplemente estaba exagerando, latidos que se pararon por un nanosegundos al ver a su padre pálido, con los ojos cerrados y respirando con dificultad.

—Un médico vendrá en el menor tiempo posible, ya me contacté con él —Kat había llegado a su lado nuevamente, por el contrario de Mason que ni siquiera se había girado a verla.

Tuvo ganas de preguntarle si estará bien, si él lograría soportar una pérdida más si es que las cosas no salían bien; tuvo claro que después de la muerte de su padre —cuándo llegara—, pensaría que estaba solo, que no tenía más motivos para vivir; cuándo Mason tuvo la caída fuerte lo único que decía era que "ya no tenía por quién vivir" y Kat le convenció que su padre lo necesitaba, que era alguien importante.

A las 12 del día llegó un médico, para ese entonces Madeline estaba levantada y se encontraba al lado de su novio, él no se había despegado de su padre ni por un segundo, estuvo todo el tiempo con su mano firmemente agarrada a la de el viejo que yacía acostado en una cama especial.

—Mi deber cómo médico es decirles qué no queda mucho tiempo, deberían despedirse ya —La frialdad con la que el hombre habló, heló la sangre de todos los presentes, Mad vió como su chico se tensaba automáticamente.

— ¿No hay nada que podamos hacer, doctor? —Kat ésta vez alzó la voz, aunque tenía un leve temblor en ella.

—Podríamos llevarlo al hospital y hacerlo durar unos días más, pero está en su etapa final; German no quiere luchar más.

¿Cómo podías dejar ir a un ser amado sin luchar aunque sea un poco más? Era la pregunta que Mason se planteaba mentalmente mientras en la realidad guardaba silencio, con una mano en su padre y otra apretando firmemente la mano de su novia.

—P-Podriamos... Llevarlo —Dijo finalmente—, debe haber algo que podamos hacer, él no se puede ir...

Su voz se escuchaba rota y todos lo notaron, el médico dijo que llamaría la ambulancia para que lo trasladarán, así que salió de la habitación por un momento.

—Cariño... ¿No crees que estás siendo un poco egoísta? —Mad lo miro, temía decir algo malo en estas situaciones.

— ¿Egoísta? —Respondió, con tono indignado—, ¿Es egoísta querer salvar a tu padre, Mad?

—No se refiere a eso, Mason —Kat intervino
—German no durará mucho y eso lo tienes presente, prolongar su muerte es hacerlo dar una lucha que ya no puede resistir.

— ¡Es mi padre, joder! —alzó su voz, soltando la mano de su novia, quien lo miraba con ojos abiertos—, ¿Cómo lo podría dejar así solamente? No tiene sentido...

—Va a pasar, hoy, mañana o pasado, Mason; debes dejarlo ir —Madeline se levantó de la silla, y dio unos pasos camino a la puerta.

Sabia que enojarse en esos momentos era inútil, porque aunque no supiera lo que era perder a un ser querido, estaba consciente de que Mason había perdido a dos antes de su padre y que era lo único que le quedaba.

¿Qué pasaría después de esto? Pensó mientras salía de la habitación; ¿Sería todo más difícil, más complicado? Había intentado estar con Mason lo más que pudiera porque sabía que dentro de todo él la necesitaba de forma urgente, y ella tenía complejos de proteger a todo lo que le rodeaba, lo hacía con Trish, con Lukas y ahora con Mason.

— ¿Me acompañaras? —Escuchó esa voz que tanto amaba, quizás un poco más apagada que de costumbre—, no me dejes solo, por favor...

Se volteó y lo encontró mirándola, en el momento en que sus ojos se encontraron el chico agachó la cabeza, y Mad en un intento de protegerlo, quizás de hacerle sentir que no estaba sólo, corrió a abrazarlo.

El camino al hospital fue silencioso, solo Kat y ella iban en el auto ya que Mason al ser familiar directo pudo entrar en la ambulancia, antes de eso le dió una última mirada de "no me dejes solo" a Mad y las puertas de la ambulancia se cerraron, perdiéndose en las calles de PillowVille.

— ¿Crees que estará bien, Kat? —Mad a su lado iba tranquila, pero la sensación de que algo le faltaba estaba presente. Ella sabía que nada iba a estar bien después de esto.

—No, lo dudo —respondió la mujer, algunas lágrimas silenciosas se asomaban.

— ¿Cómo podría ayudarlo?

—Tienes que estar a su lado, mi niña —Recordó como tantas veces Mason más pequeño que ahora le pedía que no lo dejara solo, que ya no quería estarlo—, él te necesitará más que nunca.

Ella asintió con su cabeza mientras vió la estructura Blanca a la que entrabas con sólo dos opciones: O salías vivo o muerto.

Las horas pasaron lentas, nadie llevaba la cuenta de lo que llevaban ahí; Mad se dedicó a estar con Mason mientras él miraba a un punto fijo, miles de escenarios pasaban por su cabeza; sin embargo durante ese tiempo nadie habló, solo estaban respirando.

Al cabo de unas horas, un médico se acercó lentamente hacia los tres y únicos familiares de German Collins; pasó lo que tenía que pasar.

Recta final, recta final:-(

Hola hola, por fin escribí algo♡ Extrañaba escribir y ser dueña de mi historia, es algo que me hace sentir muy bien.

Faltan 5 capítulos para el final.