15. Experimentos

999 134 68
                                    

Lo que me contó la testigo quedó dando vueltas en mi cabeza, así que decidí asistir el día siguiente a una de las visitas guiadas que da esta empresa de ciencias a todos aquellos que estén interesados en esta área. Sé que usualmente van estudiantes que desean emprender rumbo en la ciencia, pero también van personas que solo desean conocer más de estas grandes empresas.

En mi caso, iría como una periodista encubierta, la cual deseaba mostrar al mundo la gran importancia y relevancia que aquel lugar puede tener para todos. Por supuesto que me mostraría amable y simpática para así no levantar sospechas.

Daniel y Francis no tenían idea de que participaría de la visita guiada, así que traté de ser lo más cautelosa posible. Sin embargo, levanté sospechas con el atuendo que había decidido usar: falda negra hasta las rodillas, una camisa blanca, una chaqueta rosa y unos zapatos de tacón mediano.

—¿Estás bien? —preguntó Daniel entrecerrando los ojos.

—¿Qué? ¿Por qué lo dices?

Ambos rieron en silencio y siguieron tomando desayuno, mientras yo permanecí parada frente a la mesa. Puse ambas manos en la cintura y elevé una ceja para que me dijeran la verdad.

—No sueles vestir así. Eso es todo.

—Te ves hermosa de todas maneras —mencionó Francis sonriente.

—Exacto. Formal, pero hermosa —añadió Daniel.

—Gracias a ambos —dije no muy convencida.

A veces estos dos se entendían con solo mirarse y me daban ganas de golpearlos porque no me decían realmente lo que pasaba. No obstante, lo dejaba pasar porque los amaba a ambos y estaba segura de que ellos a mí también.

Antes de irme, les di un beso en la frente y emprendí camino ''al trabajo''. Tenía que tomar un taxi a la famosa empresa porque no estaba segura de la dirección y Daniel ocuparía el auto para llevar a Francis a la escuela.

Me detuve en la entrada del edificio y pasé al baño público para poder ponerme una peluca que había comprado. Con el cabello corto hasta los hombros y rojizo lucía extremadamente diferente, pero era la idea para que no me reconocieran. Me puse unos lentes ópticos falsos y unos guantes negros, para luego ir a tomar el taxi.

El viaje fue más largo de lo que pensé, ya que la famosa empresa se encontraba lejos; pero cuando por fin me bajé del taxi, mis piernas me lo agradecieron al igual que todo mi cuerpo. Frente a mí estaba el imponente edificio de color blanco con el nombre Laboratorio de Ciencia Privado de Alana en letras grandes de color negro. Tenía muchas ventanas por toda la parte delantera, pero eran opacas, lo cual no dejaba que se viera algo hacia dentro.

Frente a las enormes puertas de vidrio había un grupo de personas, esperando al encargado que nos enseñaría el lugar, así que me acerqué a todos ellos y permanecí en silencio. Me sentía muy extraña al estar vestida de esa manera y la peluca me estaba matando porque ya me había dado mucho calor. Sin embargo, traté de sonreír y disimular toda la molestia que estaba sintiendo.

—Muy buenos días a todos. Soy Ane'leh, hija de la dueña de este laboratorio y hoy seré su guía para mostrarles todo este hermoso lugar que ha sido obra del esfuerzo de mis padres. Es un honor poder trabajar aquí, especialmente después de la muerte de mi padre, así que espero que puedan entender si en algún momento me emociono hablando de él. —La chica hizo un leve gesto con la mano y miró a todos allí hasta que sus ojos se posaron en mí. Nos observamos un par de segundos y luego desistió—. Si mi nombre les parece extraño es porque mis padres siempre quisieron ser diferentes y la verdad no tengo mucho que decir respecto a eso, así que agradecería que no preguntaran.

Los Caídos #5 - La maldición del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora