Mayo 2021
Mia
Maldigo el día en que nací, mejor dicho, el día en que nací siendo un ser con cuatro genes, un ser al que muchas personas temen. Cómo han habido tantos ataques, muchos nefilim han resultado heridos por parte de los lobos salvajes y solo aquellos que son lobos han podido salvarse debido a mi sangre.
Según me explicaron los expertos en ciencias de la academia, mi sangre era capaz de usarse para crear una cura al veneno que le inyectaban a los hombres lobos para hacerlos salvajes descontrolados. Esto se debía a que la infección es una mezcla de tres cosas: sangre de demonio, de un ángel y de un ser de la naturaleza, que podría ser un elemental o algún otro que no era de mi conocimiento. Sin embargo, Tristán comentó que también está presente la infección de la sangre de lobo, la cual puede ser letal para ciertas criaturas, especialmente para los nefilim.
Por otro lado, yo había asistido a tres distintas reuniones: vampiros, elementales y banshees. Esta última fue muy reservada y tuve que rogar para que me dejaran entrar porque, según ellas, estaba contaminada por ser elemental también. Sin embargo, comprendieron que tenía derecho por ser una banshee como ellas y me la pasé genial. Al fin pude conocer a mujeres que me entendían al cien por ciento y hasta recibí muchos consejos de cómo poder controlar ese lado que tanto me aterra.
De todas estas comunidades, solo los elementales y los vampiros habían aceptado ayudar a la alianza, mientras que el resto aún no daba su respuesta en concreto porque, al menos, las banshees tenían miedo de lo que ocurriría. Cuando estuve con ellas, me di cuenta de que algunas tienen sentidos más premonitorios que otras, otras sienten más la muerte y así se desarrollaron sus poderes de diferente manera. Yo no estaba segura de cómo clasificarme a mí misma, así que no me esforcé en hacerlo.
Los directores me pedían constantemente que volviera a hablar con las banshees para convencerlas, pero no quería hacerlo porque me odiarían por siempre y no estaba segura de que eso fuera una buena idea. Después de todo, conozco a las de mi clase. Debido a esta insistencia, había decidido alejarme un poco de la academia porque ya me estaba aburriendo el asunto; sin embargo, Tristán y yo nos seguimos viendo en mi casa. Ya habíamos arreglado nuestra pequeña pelea, así que todo volvió a la normalidad en nuestra relación.
—¡Mia! —gritó Christopher desde abajo.
—¿Qué? —dije con voz moderada, ya que sí me escuchaba.
—Te traje el desayuno que me pediste.
En un dos por tres, estuve a su lado en la cocina. Puedo jurar que me lancé escaleras abajo sin importarme nada más que mi comida.
—No te entiendo, hija.
—¿Qué no entiendes, papito hermoso? —pregunté para molestarlo.
—¿Por qué no quieres beber sangre? ¿No sientes ganas de tomarla? ¿No te mata la ansiedad?
—En absoluto. No siento deseos de tomarla. Supongo que es normal siendo una híbrida, ¿no? ¿Te has sentido así antes?
—No, Mia. Siempre he sentido ganas de beber hasta la última gota que encuentre por allí.
—No tengo respuestas lógicas para tus preguntas. —Me encogí de hombros y le di un mordisco al pan que me trajo. Devoré todo en menos tiempo del que pensé, incluso el jugo de manzana que preparó mientras desayunaba.
—A lo mejor estás desvampirizándote —bromeó.
—¿Eso qué significa? ¿Existe siquiera esa palabra?
—Que dejas de ser vampiro.
—¿Es eso posible?
—No, Mia, solo estoy bromeando.
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Los Caídos #5 - La maldición del lobo
FantasíaCuando la vida de Camille cambia de un momento a otro, debe elegir entre lo que ha creído toda la vida y las historias que un grupo de niños le cuentan. Sin embargo, cuando el pequeño Francis es atacado por uno de los animales salvajes que atacan la...