66. Nuevo hogar

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April

Hoy es el gran día. A Davina le dieron el permiso para al fin abrir la primera academia de Atalana y mis padres no dudaron ni un segundo de salir de Alana de una vez por todas. Joseph, Thomas y Salvador decidieron quedarse, pero en cuanto a Charles, Gael y yo, nos obligaron a mudarnos.

En parte, me alegraba alejarme de tanto caos y tristeza, pero me entristecía alejarme de Camille. Sin embargo, hay maneras de comunicarnos, así que no era algo que me preocupara tanto. Además, tendría que ir a clases al nuevo edificio que se encuentra a un lado de la guardia, así que vería a personas de las academias de todas las ciudades allí.

—Al menos tendremos mucha tranquilidad —dije lanzando el poco de agua que me quedaba en la botella por la ventana del auto.

—April —dijo mamá—, no hagas ese tipo de cosas.

—Lo siento, mamá.

—Llegaremos a un lugar nuevo y debemos comportarnos. Davina es muy educada, así que les pido por favor que se comporten.

—¿Solo educada? —pregunto Gael—. Es una diosa...

—¡Gael! —exclamó papá mirándolo por el espejo retrovisor—. Compórtate de una vez, ya no eres un niño.

—Si no soy un niño, entonces tenía derecho a quedarme en Alana.

—Es lo que te tocó —dije.

Me sacó la lengua y yo rodé los ojos. Charles a mi lado izquierdo iba sumido en sus pensamientos, mientras miraba el paisaje por la ventana. Últimamente ocupaba mucho los audífonos y estaba todo el día escuchando música, lo cual me ponía de los nervios, pero trataba de no hablarle porque él es cosa seria.

—¿No les apena dejar a sus hijos? —pregunté—. Digo, Salvador, Thomas y Joseph ya son grandes, pero aún se comportan como niños.

—Es hora de dejarlos ir, April. Deben aprender a vivir sin sus padres. Es lo más sano —explicó papá—. Lo entenderás el día en que tengas hijos y espero que eso sea en unos cincuenta años más. De hecho, espero que tengas novio también en cincuenta años más.

—Cariño —dijo mamá riendo—, ya déjala.

Papá dejó de molestarnos cuando por fin llegamos al famoso castillo que ahora era una academia más a la lista de la alianza. Davina nos estaba esperando en la escalera y nos hizo señas para que nos acercaramos. Se veía muy feliz y emocionada de vernos, lo cual me alegró.

—Por fin llegan. Tengo tantas cosas que mostrarles —dijo—. Este es su nuevo hogar y les pido que se sientan cómodos. En un par de semanas llegarán dos personas más de otras ciudades.

—Genial —dije.

—Muchas gracias, Davina. Eres muy amable —dijo mamá—. Gael, ayuda a tu padre a traer las maletas.

—Sí, mujer bella —dijo él y le dio un beso en la mejilla a mamá.

—Este niño —dijo ella riendo.

Davina siguió hablando con mamá y nosotros junto con Charles las seguimos adentro. Ahora si estaba todo en su lugar y no como la última vez que aún estaban remodelando. Era un lugar muy grande y que seamos tan pocos lo hace más grande aún.

—Hay muchas habitaciones y como son los primeros en llegar, pueden elegir la que más les guste —mencionó Davina.

Charles fue el primero en desaparecer por las escaleras y yo corrí tras él para que no se quedara con la mejor habitación.

—¡Espérenme, niños malcriados! —gritó Gael, mientras corría tras de nosotros. Llevaba su maleta y la mía en los brazos, lo cual le dificultó un poco al momento de correr.

Como de costumbre, Gael y yo peleamos porque nos gustó la misma habitación. Estaba a un lado de la de Charles, pero eso no nos importó. Después de unos minutos discutiendo, di mi brazo a torcer y me fui a buscar otra.

La única que me gustó fue una que estaba al otro lado del pasillo, casi al fondo, lo cual no me agradaba del todo. Sin embargo, tenía vista al bosque y muy a lo lejos al mar.

Dejé mi maleta sobre la cama y la abrí para sacar todas mis cosas. No soy una persona de tener muchos objetos personales, la verdad, así que la mayoría de cosas que traía eran ropa y zapatos.

Tomaría este momento como un nuevo comienzo libre de problemas complicados. Era consciente que siendo parte de la alianza siempre tendría problemas a mi alrededor, pero ahora trataría de que no me afectara tanto y me concentraría más en la escuela.

Supongo que eso era lo correcto de hacer y que mis padres estarían orgullosos.


***

Se nos fueron los York :(, pero no se preocupen porque los seguiremos viendo jajaja <3.

Los Caídos #5 - La maldición del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora