23. Debes recordar

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Cristal

Semanas pasaron y aún esperábamos recibir una respuesta de las comunidades. Tristán aún intentaba convencer a Aaron de poder ayudarnos porque había sido muy difícil. Los elementales accedieron de inmediato, pero aún así debían ponerse de acuerdo porque eran una comunidad muy grande, además, muchas veces trabajaban en conjunto con las brujas y brujos.

Las banshees, por otro lado, habían sido muy difíciles de contactar porque las pocas que conocíamos eran de la escuela Walker y sus familias se negaron a hablar con nosotros, pero aún así seguíamos intentándolo. Con los vampiros, fue todo un caos, un caos sangriento si puedo decir, porque accedieron a ayudarnos, pero al ponerse de acuerdo entre ellos se formó una pelea digna de película. Mia y Los Bravhe habían asistido, así que ella me contó cómo había sido todo y por su reacción, supe que me hubiese gustado estar ahí para ver la pelea.

—Hermana —dijo Noel, golpeando la puerta de mi habitación.

—Pasa. Está abierto.

Entró sonriendo tímido y cerró la puerta tan despacio que ni siquiera se escuchó el seguro. Se sentó en mi cama y me observó detenidamente a lo cual reí divertida. Usualmente hacía eso: venía a mi habitación, se sentaba en mi cama y me observaba mientras yo hacía cosas importantes. Me gusta su compañía y nos complementamos bien.

—¿Estás bien, Noel? ¿Necesitas algo?

—Necesito mostrarte algo muy importante, pero debe ser afuera de la academia.

—Oh, ¿por qué? ¿Es peligroso?

—Sí, es peligroso.

—No me asustes. —Le lancé un cojín y ambos reímos divertidos.

—Vamos, por favor.

Me agarró de la mano y me sacó de mi habitación. Ni siquiera quiso esperar el ascensor, sino que prefirió bajar de dos en dos la escalera para llegar, según él, más rápido. Una vez que salimos al patio trasero, lo miré impaciente para que me dijera qué rayos sucedía.

—He estado practicando —mencionó. Se subió la manga de la camiseta y me mostró su marca, la cual rápidamente brilló de un color dorado, para mi sorpresa, con unos tonos azul oscuro como su cabello.

Me pareció realmente extraño, pero para no asustarlo, dejé que me mostrase lo que tenía que hacer. Sabía que haría un campo de fuerza, ya que ese era el poder de los Black, así que me acerqué un poco para estar junto a él.

Cerró sus ojos y se concentró totalmente, provocando que la energía comenzara a emanar de sus pequeñas manos. De pronto, su campo de fuerza se creó, dejándonos a ambos dentro de él. Mis ojos se abrieron de la impresión al igual que mi boca al ver que ese campo de fuerza no era como los míos. Primero, no se veía absolutamente nada porque el color era totalmente sólido y segundo, no era de un azul brillante, sino oscuro como el de su cabello.

—Noel...

—¿No son así los campos de fuerza? —preguntó asustado.

Iba a decir algo, pero comencé a ahogarme, así que tosí fuerte. Sentí como si algo comenzara a envenenarme desde adentro, haciéndome hervir toda la sangre. Me estaba quemando desde adentro y no sabía cómo eso podía ser posible.

Caí de rodillas al suelo y Noel corrió hacia mí muy asustado; sin embargo, el campo se mantenía intacto a nuestro alrededor. Con sus pequeñas manos, tomó mi brazo y quise gritar porque se sintió como el ardor del mismísimo infierno. Con los ojos llenos de lágrimas, se alejó de mí y gritó desesperado. Se agarró la cabeza con ambas manos y negó constantemente como si fuera una especie de pesadilla.

—No, no, no, no, otra vez no... —Se sentó en el suelo, abrazó sus rodillas y comenzó a llorar más fuerte.

Quise ponerme de pie y ayudarlo, quería ayudar a mi pequeño hermano, pero sentía que moría, estaba segura de que moriría en cualquier momento y Noel cargaría con eso por el resto de su vida. Me removí por el dolor que sentía en todo el cuerpo y con el poco de fuerza que me quedaba, estiré los brazos y creé un pequeño campo de fuerza a mi alrededor porque no podía dejar que mi hermano sufriera un destino como ese. El dolor disminuyó completamente, pero estaba débil, tanto que cuando vi que el campo de Noel se deshizo, me desmayé inmediatamente.

* * *

Me puse de pie más rápido de lo que imaginé y miré hacia todos lados confundida. Noel estaba unos metros más allá junto a mi cuerpo, pero no me tocaba porque tenía miedo, podía sentirlo. Miré mis pies inmediatamente y no entendí lo que estaba pasando. ¿Mi alma estaba fuera de mi cuerpo?

—Cristal —dijo un hombre.

Volteé inmediatamente y me encontré con el mismo arcángel, padre de Iker, que alguna vez me visitó, aquel que me mostró mi marca escondida. Vestía el mismo traje blanco con botones dorados y sus alas se extendían tras él; sin embargo, no emanaba ese brillo exagerado que pudo dejarme ciega.

—¿Ya morí? ¿Vienes por mí?

—No luzco como el ángel de la muerte o ¿si?—mencionó él enojado.

—Pero yo sí —mencionó otra persona.

Al lado del arcángel, había un ser vestido con una capucha negra. Era el ángel de la muerte, eso era seguro, pero luego recordé que Oliver había hecho un trato con él. Era irreal verlo allí, totalmente cambiado y en comparación con el arcángel a su lado, parecía salido de un cuento de terror.

—¿Oliver? —pregunté atónita—. ¿Qué? ¿Cómo...cómo puedes estar aquí? ¿Estás muerto? ¿Estoy muerta? Dios, esto es una pesadilla.

—Estás muriendo y cuando alguien está en ese estado, aparezco para ver si debo llevarme su alma hacia el otro lado —explicó Oliver.

—¿Dónde estoy entonces?

—En el limbo —respondió el arcángel.

—¿El limbo? ¿El mundo entre la vida y la muerte? Pero me protegí de... del campo de Noel.

—Su poder es venenoso —dijo el arcángel— por razones que sabrás en su debido momento.

—¿Qué hago entonces?

Oliver y el arcángel se miraron cómplices y de un momento a otro mi amigo desapareció en un destello de luz, dejándome a solas con el arcángel. No entendía absolutamente nada y ya me estaba dando miedo porque no quería morir.

—No puedo morir —dije nerviosa.

—No lo harás, Cristal. Estoy protegiéndote, tranquila.

—¿Qué quieres de mí ahora?

—Necesito que recuerdes.

—¿Qué cosa? ¿De qué estás hablando?

Se acercó lentamente a mí y pude sentir la energía que emanaba de él. No sabía cómo era posible sentir algo si no tenía cuerpo físico, pero supongo que era porque me encontraba en el limbo. Tomó mi brazo con cuidado y acarició con un dedo la marca de mi familia, los Black.

—Debes recordar que Noel no fue el primero de tu familia, Cristal, debes recordar.

—¿Qué? ¿Cómo...?

—Tienes estos recuerdos y confusión porque crees no haber trabajado sola en alguna oportunidad.

—Así es, pero...

—Esta persona te necesita, los necesita a todos ustedes.

—¿Quién? ¿De quién estás hablando?

—No puedo decírtelo porque debes descubrirlo sola. Para eso, debes recordar.

Puso una mano sobre mi frente y susurró un par de cosas en un lenguaje que no era de mi conocimiento. De pronto, sentí una calidez muy agradable a mi alrededor y todo se fue completamente a negro.


***

OMG ¿será que Cristal...? Pronto, muy pronto sabremos.

¿Qué les pareció este capítulo? En lo personal, me emociona que Oliver pueda seguir viendo a los demás aunque sea en situaciones extrañas.

Los Caídos #5 - La maldición del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora