61. Todo estará en paz

789 136 12
                                    

Después de hablar un poco más con Adam, volví a la academia de los Hunter para pasar tiempo a solas en el salón, ya que ya no tenía mi habitación aquí. Es triste pensar en todo lo que ha pasado los últimos meses, pero sé que ha de ser por una razón importante.

—¿Camille? —dijo alguien desde la entrada.

—¿Sucedió algo? —pregunté asustada.

Daniel rio un poco y se acercó para sentarse a mi lado. A pesar de que reía un poco, se veía triste y creo saber por qué.

—¿Llegó la hora? —pregunté.

—Francis despertará en uno de estos días y tendré que cumplir mi palabra. Deberé irme con los arcángeles.

—Es muy injusto, Daniel. Es como si planeasen todo para que tú te fueras con ellos. No entiendo por qué eres tan importante para sus planes, ¿tienes algún poder del cual no nos has dicho?

—Solo los poderes de guardián —dijo tomando mis manos—. Escucha, yo tampoco sé por qué rayos me quieren allá arriba, pero ha de ser realmente importante. Los arcángeles son unos pesados, pero sé que si han armado todo este asunto siguiendo un plan bien detallado es porque algo grande viene y no quiero pensar en qué podría ser.

—¿Podrás contarme si sabes algo?

—No podré. Son las reglas del reino celestial. ¿Por qué crees que a Will le duele tanto no poder contarnos nada?

—Las reglas apestan.

—Sí, apestan, pero imagina qué sería de un país si no existieran leyes.

Lo miré de reojo y suspiré frustrada. No sabía si era peor no saber o saber y que no me gustara para nada lo que sucedería.

—Te voy a extrañar mucho —dije.

—También yo, pero sé que algún día volveremos a encontrarnos. Además, puedo bajar a verte de vez en cuando.

—Te esperaré tanto como pueda —dije sincera—. Nadie es capaz de esperar por tanto tiempo.

—Me agrada que no seas tan cursi o romántica —dijo riendo.

—¿Qué te digo? Así somos los James. —Reí y luego hice una mueca. Realmente iba a extrañarlo—. Creo que volveré a vivir aquí. Con todo lo que ha pasado, lo mejor es que me quedé en la academia con Francis. Además, necesita estar cerca de Adam.

—Tienes razón, Addie. Es mejor para ambos que estén aquí.

—¿Qué pasará con Will? ¿Él también debe ir contigo?

—No porque Will debe cuidar a Adam. Si no tuviera asignado, lo más probable es que pasara más tiempo allá arriba.

—Aún no entiendo qué peligros corre Adam además de los que todo nefilim corre.

—Los arcángeles saben, Cam. Ellos saben todo.

—Yo creo que no todo —dije en voz baja a lo cual me miró entrecerrando los ojos—. De todos modos, si es lo correcto, entonces todo es como debe ser.

—Quiero que prometas que no harás nada peligroso ni pondrás en peligro tu vida. Sé que lo harás de todos modos, pero quiero que al menos pienses antes de actuar.

—Prometo que haré lo posible por mantenerme a salvo —dije sonriendo—. No creo que algo malo ocurra ahora. Todo está bien.

—Por ahora.

—No invoques a lo malo. Pensemos en que por ahora todo estará en paz.

Necesitaba pensar en que nada más ocurría porque si no me volvería loca. Lo que pasó con Ane'leh y los lobos fue algo que jamás creí posible, así que esperaba que nada más imposible sucediera. ¿Hasta cuando debo aguantar los problemas que la vida me da? Sé que esto afecta a todos, pero siento que de cierta manera todo gira en torno a mí y con eso me refiero a todas estas muertes y villanos inesperados. Tal vez me estoy volviendo loca, lo cual sería terrible porque nadie quiere a la loca Cam, pero es lo que siento. ¿Cómo es posible que un solo individuo tenga tanta mala suerte? Tal vez no soy solo yo, sino también los chicos. Somos un grupo de mala suerte que trae más mala suerte a la alianza y al mundo. 

Los Caídos #5 - La maldición del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora