Los Caídos #5 - La maldición del lobo

17. A veces hay que arriesgar para ganar

April York

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Permanecí afuera del salón de la academia de los Wells por un buen rato porque necesitaba hablar con Tristán acerca de la chica lobo que aún seguía en la academia. Lamentablemente, él estaba adentro con Mia, discutiendo de algo que no pude entender del todo. Al parecer, fue una discusión fuerte porque la chica estaba llorando.

Él no sonaba alterado, pero sí enojado porque ella no lo entendía mucho. Deseé desaparecer de allí, pero era muy tarde porque Tristán había salido del salón tan enojado que ni siquiera se dio cuenta que yo estaba allí sentada en el suelo.

Me puse de pie y siendo cautelosa, miré dentro del salón. Mia estaba sentada en uno de los sofá, llorando como jamás creí ver llorar a una vampira, pero recordé que ella no era solo una vampira, sino mucho más.

—Hola —dije en voz baja.

—Oh, April...perdón, ¿hace cuánto estás aquí? —Se limpió las lágrimas y me hizo espacio para que me sentara a su lado—. ¿Necesitas algo?

—No, solo quería saber si estás bien, ¿estás bien?

—Sí, tuvimos una pelea tonta con Tristán, nada más.

—¿Estás segura? Puedo tener trece, pero entiendo a la perfección que los chicos son unos idiotas a veces.

Rio un poco más animada y luego suspiró, dejando salir toda esa carga de emociones.

—Me he estado sintiendo muy mal el último tiempo. A veces siento que algo falta en mi vida, pero no sé qué. ¿Te has sentido así alguna vez?

—Claro. Cuando estoy mucho tiempo lejos de mis hermanos me siento así. Eso es porque uno se acostumbra mucho a la presencia de las personas en nuestras vidas y en tu caso, creo saber exactamente por quién estás así.

—¿Quién sería esa persona?

—¿Recuerdas a la tal Camille que te pregunté?

—April...

—Ya sé, ya sé que no me crees, pero tan solo piénsalo e intenta creer en este mundo tan descabellado a una niña de trece años que te dice que olvidaste a tu amiga. Ella es a quien extrañas tanto y no sabes por qué,ya que no la recuerdas.

—Me cuesta creerlo.

—¿Te cuesta? ¿A una vampira banshee nefilim elemental le cuesta creer que pudo olvidar a su amiga? Eres literalmente la prueba viviente de que las cosas imposibles suceden, Mia, así que merezco al menos el beneficio de la duda.

Hizo una mueca y volvió a suspirar para luego acariciarme el cabello de una manera tan maternal que por un momento imaginé a mamá haciéndolo.

—¿Sabes dónde está esta tal Camille? —preguntó.

—¿Quieres conocerla?

—Claro que quiero conocerla. Tal vez así sienta que algo está mejor en mi vida.

—Entonces vamos. Sé dónde trabaja.

Mia condujo hasta la estación de policía donde Camille trabajaba. Me daba algo de nervios saber que la vería después de tanto tiempo y que no podría abrazarla y decirle lo mucho que la había extrañado.

Como Mia era el adulto responsable entre nosotras, ella sería quién hablaría y preguntaría por nuestra amiga, así que me quedé esperando en la entrada vigilando que nada sospechoso ocurriera.

Cuando Mia volvió, decepcionada si puedo decir, me tomó de la mano y me llevó al auto sin darme ni una explicación. Me puse el cinturón al ver que no diría absolutamente nada y ella condujo por la ciudad, pero no de camino a la academia, sino a otro lugar.