Los rayos del resplandeciente sol comenzaban a iluminar todo a su paso, dando a presenciar aquel y maravilloso espectáculo natural: El amanecer.
La brillante luz chocó con el dormido rostro de una mujer que yacía recostada entre los brazos de su pareja. Se quejó, y lentamente comenzó a abrir sus ojos color chocolate.
Como casi todas las mañanas, se dedicó a observar detalladamente el fino rostro de su amado youkai. Era definitiva e irremediablemente hermoso. Realmente tenía una suerte enorme por estar al lado de tal adonis.
Lo sintió moverse, entonces supo que pronto despertaría.
- Nuevamente lo estás haciendo - habló él luego de unos segundos.
- Es imposible no hacerlo, eres hermoso - contestó ella con una sonrisa.
- Eso lo sé, siempre que puedes me lo dices.
- ¿Tiene algo de malo? - preguntó la azabache.
- Para nada, solo me demuestras lo fascinada que estás por mí - dijo con burla.
- ¿Y acaso tú no? - frunció el ceño.
- Creo que ya te lo demostré anoche, miko - confirmó él refiriéndose a la acalorada noche de pasión que tuvieron hace solo unas cuantas horas.
- ¡Sesshomaru! - exaltó su nombre.
- Tú empezaste.
- Eres un demonio cruel... - acusó la pelinegra fingidamente lastimada.
- Aún así me amas - contrarrestó él.
- Para mi mala suerte -respondió con burla.
- ¿Ahora quién es la cruel?
Kagome rio suavemente, siendo imitada sutilmente por el peliplata.
- Deberíamos levantarnos, debemos dejar todo en orden para esta tarde.
- Los sirvientes pueden encargarse, nosotros podríamos hacer algo más divertido - habló él de forma seductora.
- Sesshomaru, lo hicimos hace solo unas horas - comentó sonrojada.
- ¿Y qué? Tu cuerpo es como una droga adictiva para mí, no sabes todo lo que tengo que sufrir cuando me tienes en abstinencia.
- A veces te pones de un humor terrible - excusó ella.
- Por culpa de tus hijos - respondió con un gesto de cansancio.
- "Nuestros hijos" - corrigió - además, no sé que tanto te quejas, si ambos tienen tu carácter.
- Eso es lo peor, es como estar discutiendo conmigo mismo pero en una versión miniatura - se quejó.
La azabache volvió a reír.
- Takeshi es el más parecido a ti, incluso en carácter. Kohana tiene casi toda mi apariencia, pero en personalidad tiene la de los dos. A veces es muy dulce pero otras puede ser muy fría.
- Tú también eres así - opinó él.
La pelinegra alzó una ceja aparentemente indignada. Preparó mentalmente sus próximas palabras para molestar al ahora burlesco peliplata, pero antes de hacerlo, unos suaves golpes irrumpieron en la puerta.
- Mis señores, lamento interrumpir. Se necesita a Lady Kagome para su aprobación de la organización de la fiesta - habló Yaken con respeto.
- En 15 minutos estoy ahí, Yaken. Muchas gracias - dijo ella.
- ¿A dónde crees que vas? - preguntó el ojidorado sujetándola del brazo.
- ¿Acaso no has oído? me están esperando.
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Destino
FanfictionUna maldición acecha al gran youkai Sesshomaru, quien resignado va en busca de la única mujer que lo podría ayudar. Una nueva aventura comienza, donde el peliplateado y cierta azabache tendrán que viajar juntos. Los sentimientos de cada uno saldrán...