Capítulo 25

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La oscuridad de la noche comenzaba lentamente a caer, para así darle paso a un nuevo día. El frío con lentitud fue opacado por los cálidos rayos de sol que ya habían salido, mientras que el color oscuro característico de la noche desaparecía por completo.

Él sintió el pulso de youki volver a su cuerpo, entonces supo que había vuelto a su forma original... Un youkai.

Se incorporó un poco para ver a la dormida mujer que tenía en sus brazos. Kagome se veía mejor, la palidez de su rostro no había desaparecido por completo pero al menos su cuerpo estaba cálido y no respiraba con dificultad.

La soltó con lentitud, para luego incorporarse por completo. La azabache necesitaría alimentarse una vez que despertara. Quitó su haori y la cubrió, no quería que ella sintiera frío, pues estaba muy débil y eso solo la ayudaría a empeorar.

Avanzó hacia la salida y el frío de la mañana lo abrazo por completo, pero él no lo sintió, al menos en su forma youkai no.

Comenzó a caminar con calma, disfrutando aquella sensación que sólo sus poderes demoníacos le podía transmitir. El viento, el ruido de los pequeños animales e incluso los aromas de todo lo que le rodeaba. Podía sentir su poder fluir a través de sus venas y eso lo puso de buen humor.

A lo lejos divisó un río y no dudo en ir. Rápidamente consiguió algunos pescados y una que otra fruta que encontró en los árboles cercanos. Una vez que creyó que era suficiente, emprendió marcha hacia la joven miko. No quería demorarse y dejarla tanto tiempo sola, ya que ella se encontraba en un estado delicado y algunos demonios se podían aprovechar de eso.

Sintió su débil reiki moverse y eso lo alertó. Corrió hasta la cabaña y la encontró en la entrada tendida en el suelo.

- ¡Kagome! - grito su nombre.

La alzó con cuidado y comenzó a buscar alguna posible herida en su cuerpo.

- Sesshomaru... - susurró la azabache.

- Kagome ¿por qué estás aquí afuera? - preguntó seriamente el youkai.

- Cuando desperté me asuste al no verte a mi lado y traté de localizarte con mi reiki pero fue imposible - contestó con lágrimas en sus ojos.

- Miko, estás demasiado débil, no vuelvas a hacer algo tan imprudente - dijo él de forma brusca.

La joven asintió y bajó la cabeza con tristeza.

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Las horas habían pasado y Kagome comenzaba a sentirse con más energías. Pidió amablemente a Sesshomaru que la llevara hasta algún lugar donde pudiera bañarse, y él con mucho esfuerzo aceptó.

- Estaré cerca - informó él luego de dejarla en el pequeño río que había encontrado antes.

La chica suspiro sintiéndose en paz, a decir verdad se encontraba algo triste por la actitud tan tosca de Sesshomaru, pero también podía ver en sus ojos la preocupación que sentía por ella cada vez que la miraba. Quitó su ropa pausadamente, tratando de no hacer mucho esfuerzo ya que aún sentía su cuerpo débil. Una vez desnuda comenzó a ingresar al pequeño río, el agua apenas le cubría hasta su cintura pero sintió que era suficiente.

Se lavó con sumo cuidado e intentó inútilmente relajarse, aunque era imposible ya que no podía sentir presencias por culpa de su bajo reiki. No pudo evitar sentirse frustrada por estar en ese estado, pero a la vez estaba aliviada de que sus poderes habían sido suficientes para sellar al youkai.

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