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Es peligroso enamorarse, pero
yo quiero quemarme contigo
esta noche
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REMUS LUPIN SE ACERCÓ CON RAPIDEZ Y ENFADADO A SUS AMIGOS, QUIENES SE VEÍAN PREOCUPADOS, SIN EMBARGO, LA SORPRESA FUE MAYOR AL VER EL PUÑETAZO EN CONTRA DE BLACK.
Sirius cayó al suelo sin comprender nada de la escena, pero los ojos mieles con motas verdes mostraban de todo menos empatía por el azabache pálido. Pasó la mano por su nariz notando la sangre que corría y veía a su amigo respirar agitadamente, viéndolo como si fuese el peor de los males. Supo, entonces, que lo había arruinado peor de lo que James le había dicho.
— ¡Pensé que eras mi amigo! ¡Confíe en ti! — se quejó, mostrando el rostro rojizo que se tornaba en su pálida piel, resaltando sus cicatrices —. ¡Te confíe todo!
— Remus... — Intentó razonar James, sin embargo, se detuvo al ver la ira de Remus y las lágrimas de impotencia.
— ¿Cuál era el mejor propósito de esto? — frunció el ceño —. ¿Qué él se asustara? ¿Qué tuvieses una buena risa?
Sirius no sabía qué responder. No había pensado las consecuencias, no había pensado, de hecho. Él sólo había visto a Severus Snape molestar a Antalya y no lo pensó dos veces. Ese había sido el gran problema del que James tanto se estaba quejando antes de que Remus apareciera.
— ¡PUDE HABERLO MATADO! — Le gritó frustrado —. ¡ESTABA CON ANASTASYA, IMBÉCIL! ¡Pudiste convertirme en un asesino! — la voz de Remus bajó unos tonos, sintiendo un ahogo en su pecho —. O peor, pude morderlos y... — dejó salir el aire de sus pulmones, llevando su mano a su cabello, mostrando la sangre de Sirius en la zona —. Mierda. — Dijo con gran decepción —. Pensé que me conocías lo suficiente como para saber que no le desearía este destino ni siquiera a mis peores enemigos, mucho menos a Anastasya.
James y Peter ayudaron a Sirius a levantarse, sin perder la vista de un lúgubre y culpable Remus, quien se había rendido. Sirius había perdido todo color en su rostro, incluso su respiración se detuvo.
