Cap. 63

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Narradora Pov

¡Líder del Oeste!

No...

¡¿Dónde estabas?! Te estábamos buscando.

Aléjate... Por favor... aléjate.

¿Hoy me enseñaras?

Adam... No te acerques.

¿Estás bien? ¿No quieres... entrenar conmigo?

De su boca expulso una corriente de sangre, dibujando en sus labios una sonrisa amplia que le dio un aura más espeluznante.

¡Vamos, Diana! ¡Enséñame de lo eres capaz!

Dijo el joven en un tono escalofriante. Las esferas de la mencionada cambiaron a un tono amarillento y sus iris se encogieron... Sus orejas se pusieron de punta y su cola se desplego ligeramente, rosando con delicadeza la punta en la fría nieve que empezó a acumularse. Y de repente, un fuerte rugido libero de sus labios.

.

—¡No! —grito.

Silencio...

El reloj se mueve al compás de la manecilla. Los ''tic tac'' es el único sonido que escucha en la habitación. Sola... sin compañía. ¿Otra vez se había quedado dormida?

Restregó sus ojos y recostó su cabeza en el mueble, y de inmediato, sintió algo o mejor dicho a alguien respirando agitadamente entre sus brazos. Bajo la mirada y contemplo al pequeño Dylan sobresaltado por su despertar brusco y repentino. Enseguida recordó que antes de que se durmiera, lo había dormido primero.

Gruño cansada, acerco al cachorro a su rostro y acaricio su frente para calmarlo.

—Discúlpame... —susurro.

Frente a ellos, se encuentra un libro abierto que habla de los diferentes tipos de animales en forma de cuentos cortos. Aparte, se halla un cuaderno con dibujos que... no se parecen tanto a las criaturas, pero se ve el intento. Es increíble que haya pasado un año de su nacimiento y pueda entender mejores las cosas; sin embargo, le cuesta decir ciertas palabras que va mejorando.

Lo que quiere decir que también la reunión con la líder superior de los Baristar, está cerca.

Junto a los libros cerrados, se halla un vacío bebedero de cachorro. Su contenido, fue tomado hace... ¿Cuántas horas o minutos estuvo durmiendo?

—Ma-ma —dijo una dulce vocecita con sus manos separadas y luego unidas, intentando aplaudir.

—Si, soy tu madre —contesto Diana con tranquilidad y cariño.

Dylan sonrió al escucharla enseñando su primer colmillito superior, que a veces queda fuera de sus labios. Para un cachorro Kaiser, estos salen antes de sus dos años; y para los niños humanos, los tienen completamente a los tres años. Su aprendizaje en diversas cosas sobre los Kaiser y humanos, le ha funcionado de manera favorable. El desarrollo es muy diferente.

—¿Quieres intentar caminar otra vez? —pregunto con sutileza.

Dylan rio, y se dio la vuelta estirando sus bracitos hacia el suelo. Diana lo tomo como una afirmación, y con cuidado lo cargo para ponerlo de pies. El cachorro se tambaleo al principio, pero se maniobro con ayuda de la líder. Diana lo soltó despacio y retrocedió para darle libertad.

El pequeño Dylan, levanto su pie derecho primero, y después continuo con el otro. Paso por paso fue avanzando con su miranda en el suelo y con sus brazos estirados para equilibrarse mejor y no caer. Diana se coloco a una distancia poco lejana frente a él, esperando pacientemente su llegada.

Todo por ti (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora