Cap. 66

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Narradora Pov

Flashback

—Está bien... todo está bien, Diana.

—Lo siento... lo siento tanto.

—¿De qué te disculpas? No me has hecho algo malo.

Diana frunció sus labios y guardo silencio, dejando que las manos de Majorlaine acaricien su cabeza con delicadeza estando recostada en su pecho. Aguanto las ganas de llorar en los brazos de la única persona que la consoló y estuvo para ella, después de ser rechazada por la líder del Sur y haber perdido a su madre, aparte del error que cometió.

—Hice lo que me dijiste, no funciono.

—Solamente te queda esperar.

—Ellas no me van a volver a querer.

—La decisión que tomaste ese día, debió lastimarlas mucho. Ya verás que con el tiempo aprenderán a perdonar, aún son unas cachorras, y aunque seas la líder de tus tiernas, eso no significa que ellas lo sean.

—He escuchado que Hannah ascenderá al puesto mañana.

—En ese caso, faltaría Barbara. Aún recuerdo cuando eran más pequeñas. —Sonríe con dulzura—. Corrían de un lado a otro, no paraban de jugar y hacer desastres por donde pasaban.

Diana, hizo una sonrisa tenue y luego se acurruco más en los brazos de la Ranter, quien la tomo con cariño.

—No soy tu madre y no pienso reemplazarla, pero puedo cuidarte. Si me lo permites.

—No deseo ser una carga para nadie... —susurro.

Majorlaine expandió su sonrisa enseñando sus blanquecinos colmillos. Miro a Diana con tanto amor y cariño, que se dedicó a peinar su cabello con sus dedos agarrando cada mechón con sutileza, mientras que con su voz canto una melodía lenta y suave.

Pasaron los minutos en un silencio acompaño de su agradable entonación. El sol empezó a ocultarse y en un escalón de la entrada principal de su palacio se encuentran dos personas que admiran la bella vista que le regalo el día.

—No lo serás para mí —dijo, en un susurro audible sin despegar la mirada del cielo.

Diana la escucho claramente y salió de su pecho para verla directamente. Majorlaine bajo la mirada haciendo contacto visual con los ojos azul profundo de la Kaiser de pelaje albino con esa sonrisa aun en sus labios.

—Las dos estamos lastimadas; las dos perdimos a personas amadas. ¿Quieres acompañarme?

Lo necesitaba... necesitaba ese cariño. No importaba en ese momento lo que hizo o lo egoísta que estaba haciendo al aceptar con un abrazo más que reconforto su alma, pero padeció su corazón. Aun cuando sabía que sus acciones no eran las correctas, no pudo rechazar esa oferta.

Estaba sola.

Daño a Sebastián mandando a su padre a una muerte segura; daño a Hannah y Barbara rompiendo una amistad valiosa. No le quedaba nada, simplemente una mujer Kaiser de cabello blanco, orejas grises y ojos de color miel, pero no la conocía, ¿Quién eran? ¿Y qué hacía rondando a esas horas en el bosque?

—Vamos a cenar —susurro, recibiendo un asentimiento ligero de Diana.

Pensó que tal vez... con el tiempo olvidaría, pero lo que hizo fue empeorarlo. La culpa creció cada vez más hasta pesarle.

Una noche, la escucho llorar en su habitación por perdida de las vidas de sus sagrados hijos y esposa. En ese momento dudo en tocar la puerta y al final se retiró dejándola sola.

Todo por ti (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora