Después de que es liberado de prisión por una persona anónima la cual las autoridades afirman que es una chica Joel queda en duda y quiere saber más sobre ¿Quien es es ella? Pero _____ Miney se atraviesa en su camino como una de las maravillosas obr...
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Ahora estábamos parados ahí viéndonos el uno al otro, y entonces rei.
– En verdad es graciosa tu cara... — digo limpiando sutilmente mis mejllas.
Se cruza de brazos, — ¿Sabes que es más gracioso que eso?
— ¿Que?
— Que ahora que estás de mi lado... ahora que se que eres la chica del bar y la hija de Sandro dos problemas menos...
Suspiro, — ¿Que tiene que ver eso conmigo?
— ¿Vas a ayudarme a encontrar a... la chica de la fianza, verdad?
Negué, — Estas loco ¿ahora eres como un vil psicópata? no se por que te ayude... haces que me arrepienta rápido de las cosas ¿No entiendes que no te ayudaré?
— ¿Por qué no? — Dice tomando el cristal del suelo para reflejar su rostro, — Joder... estoy horrible ¿Crees que me quede así para siempre?
Volteo los ojos, — Alls dijo que se curará dentro de unos días.
— Bien... entonces...
— Me tengo que ir y no voy a ayudarte a encontrar a nadie de la que no tengo idea ¿Me entendiste? No tengo tiempo para eso y esto es demasiado ¡Al diablo con la chica de la fianza! Enamorate de otra persona.
Se sienta en la cama, — ¿De quién? ¿De ti?
— De quien sea, Johann parece buena opción.
— ¿Que diablos?
— Me voy, no salgas.
Salgo del búnker ignorando sus llamados, no podía quedarme un segundo más ahí escuchando a Joel con su rostro hinchado tratando de convencerme sobre su chica que en realidad soy yo, si no quería levantar sospechas debería aceptar ayudar con la búsqueda pero como dije antes no podía busquerme a mi misma.
Tengo que ingeniar algo.
***
Estaba frente a mi casa, la casa de mi padre, camino con aspereza por el césped maquinando una mentira creíble, creíble para mí padre. Entro a la casa primero voy a mi habitación por ropa la cual aún sostengo bajo mi brazo. Una punzada cruza mi estómago cuando subo las escaleras, entro a la biblioteca y lo veo ahí tranquilo leyendo, parecía tan inofensivo nadie creería que ha matado tantos inocentes.
— Hola...
Me mira por encima de su libro, — ¿Por qué tienes sangre en tu ropa? ¿Dónde está Hadassa?
— La secuestraron... nos encontraron, la torturaron y la secuestraron ¡Se la llevaron a ella y a Joel! Intente que no fuera así pero lo hicieron y esta sangre no es mía es de ella... lo intenté a penas pude escapar con vida.
