Después de que es liberado de prisión por una persona anónima la cual las autoridades afirman que es una chica Joel queda en duda y quiere saber más sobre ¿Quien es es ella? Pero _____ Miney se atraviesa en su camino como una de las maravillosas obr...
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Una de sus manos pasa por mi cabello de forma tenue, las mariposas en mi vientre se habían desatado de tal forma que ahora me sentía un tanto nerviosa. Esto pasa cuando al fin decides que sentir, supongo.
Sus labios dejan los míos, nuestras respiraciones agitadas llenan el vacío silencio de la noche.
Me mira fijamente, — No quiero que todas nuestras reconciliaciones se basen sexo _____.
Rei, — Yo si. — Digo atrapando sus labios de nuevo.
Sus manos sobre mi cintura me aprietan hacia él consiguiendo que sienta su erección, nuestros pies buscan la cama de inmediato, era como una reacción inconsciente del momento.
Se separa de mi, sus manos bajan con lentitud por mi cintura y abdomen hasta llegar a mis caderas y al final de mi camiseta, sus manos se adentras en ella tocando mi piel, — Ah... — jadeo al sentir su toque. Sus dedos tocan la orilla de la única tela que me cubre y la hala hacia arriba dejándome semi desnuda.
Soy lanzada hacia atrás con un movimiento brusco, se quita la camisa y me la lanza, rei, soy sorprendida cuando me toma por los tobillos y abre mis piernas.
Sube a la cama entre mis piernas y me remuevo en la cama, — No te muevas. — Dice con firmeza. — sus labios recorren mis muslos con besos suaves y luego por encima de mi braga.
Sube haciendo lo mismo desde mi vientre hasta mis pechos, me mira fijamente y sonríe, — Son lindos. — chupa uno de mis pezones mientras masajea el otro con su pulgar, grite, no sabia cual era su juego pero sin duda alguna me estaba haciendo perder la paciencia de una vez por todas.
— Oh... por favor. — Suplico al sentir sus labios besar mi cuello.
Vuelve hacia mis pechos, chupando y succionando cada uno de ellos, arqueo mi espalda y jadeo, una de sus manos va hacia mi monte de Venus y sobre las bragas mueve sus dedos, no podía estar tranquila, Dios... lo deseaba tanto.
Me estaba volviendo loca.
Mis piernas se tensan de inmediato, no podía ser posible que me corriera solo por su tacto, sus labios muerden mis pezones y me mira, — Vamos, déjate venir. — mueve sus dedos sobre mi braga con lentitud.
— ¡Ah! — Grite cuando alcancé el clímax.
Atrapa mis labios y me besa con lujuria, no podía creer lo que había hecho en tan solo unos minutos, un beso para nada inocente que me había dejado con ganas de más, quería más.
Lo deseo.
Sus manos bajan por mi cintura y luego por mi vientre hasta llegar a mi parte íntima se deshace de mis bragas y luego baja de la cama, estaba confundida, toma la corbata del suelo y se aserca a mi ¿No iba a amarrar mis manos verdad? Eso sería cruel, yo necesitaba tocarlo, pero efectivamente si se aserca a mi y ata mis muñecas con un fuerte nudo sobre mi cabeza, se aleja con una sonrisa en sus labios, lo veo deshacerse de sus prendas y asecarse de nuevo a mi.
