Diego es justo lo que Elena está buscando: un completo desconocido que está de paso en la ciudad, atractivo y agradable, con el que tener un encuentro sexual intranscendente. Sin embargo, un malentendido hace que todo acabe de la peor manera entre ellos. Por suerte, ella no tiene que volver a verlo nunca más... O eso cree. Meses después, por una jugada del destino, Diego se convierte en su nuevo vecino. ¿Podrán sobrevivir a la convivencia vecinal cuando las chispas saltan entre ellos en cada encuentro? Todo es posible cuando dos personas empeñadas en evitarse, pero con una química imposible de obviar, acaban viviendo puerta con puerta.