The Stripper - Juliantina (Adaptación)

Capítulo 44. Secretos.

"Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, pelear a brazo partido con el destino, dejar asombrada a la catástrofe cuando ve qué poco miedo nos da, resistir, plantar cara: ése es el ejemplo que necesitan los pueblos y la luz que los electriza". – Victor Hugo.

Feliz navidad, dulzuras. Espero que le estén pasando increíble en estos tiempos. Puede que las cosas sean diferentes y en algunas circunstancias algo tristes, pero veamos esto como una oportunidad de hacer de un lugar oscuro, un sitio por donde pueda entrar la luz para iluminar la vida de otros. Les quiero. Nos leemos pronto. 

Canción sugerida: Prisoner – Miley Cyrus ft Dua Lipa.

Valentina.

La miré por octava vez en menos de quince minutos y Juliana parecía perdida en sus pensamientos. Frente a mí, el director comercial, explicó sus nuevas propuestas para el comienzo del próximo año, con el objetivo de hacer de Industrias Carvajal la mejor multinacional de bienes raíces de todo el continente. La idea era increíblemente emocionante, sin embargo, ver a Juliana tan ausente me desconcentraba y me dejaba perdida. Desde que llegamos de New York ella ha estado así y por alguna razón desconocida, decidió no compartirlo. Solo dijo que estaba en su periodo. Yo sé que esos días para cualquier mujer son relativamente un infierno, porque yo lo vivía, por lo que decidí darle su espacio y respetarla.

– Dejaré todos los reportes para que los analicen tranquilamente – el hombre habló, mientras se acomodó su traje.

– Por supuesto. Es una buena idea, Jared.

– Estaría complacido de saber tan pronto como tenga una respuesta, señora – sonrío.

– No se preocupe, la señorita Valdés se hará cargo de la programación de nuestra próxima reunión, para que hagamos cualquier cambio si es necesario.

– Muy bien, con permiso, señorita Carvajal.

El hombre se levantó y camino hacia la salida. Juliana lentamente se levantó y me miró, ajustando sus pequeños lentes sobre su rostro. – Tan pronto como analices los reportes del chico, házmelo saber. Yo lo llamaré – dije, pacientemente.

– Por supuesto. ¿Necesita algo más?

Tomé una respiración profunda y me paré. Caminé hacia el mostrador de bebidas, recibiendo una mirada furiosa de Juliana, quien se detuvo en el momento exacto en el que me serví un poco de café. Últimamente ella había estado controlando la cantidad de whiskey que bebo, según ella era una exageración y ahora, solo me deja tomarlo en casos especiales. – Aquí vamos – dije, con una sonrisa levantando mi taza de café.

Juliana se acercó y me sonrió. – Solo quiero cuidar de ti – dijo ella tranquilamente –. Exagerar con el licor podría ponerte fácilmente en una cama de hospital, querida. Todo en exceso es malo y tú pareces no comprender eso.

Sonreí. – ¿Todo? – le ronroneé.

Ella rodó los ojos. – Sí, todo.

Envolví su cintura entre mis brazos. – Valentina... - susurró, viendo hacia la puerta.

Apreté a Juliana en un brazo acogedor, rodeando su pequeña cintura y sintiendo la calidez de su cuerpo contra el mío. Ella se relajó rápidamente entre mis brazos. Estuvimos así por varios minutos, únicamente ahí de pie y con el corazón latiendo al unísono. – ¿Qué opinas si nos tomamos la tarde libre? – inquirí.

Ella me miró con los ojos entrecerrados. – Val, tenemos miles de cosas que hacer.

Rodé los ojos. – Lo sé, pero Paul es el manager, a pesar de que está algo perdido, se las puede arreglar él solo por una tarde.