Capítulo 19. Un Baile.

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Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección. —Antoine de Saint-Exupéry.

Canción sugerida: Ed Sheeran - Can't Help Falling In Love.

Valentina.

Sus gritos resuenan en mis oídos, veo sus ojos claros atormentándome. - ¡Tienes que elegir! – declara -. Te crees el centro del mundo, pero la verdad es que solo eres una niña asustada que piensa que es superior a todos – dice ella -. ¡Elige, Valentina! ¿Acaso ya no me quieres? – la voz de Kara me hace temblar.

Me suelto de su agarre. - ¡Déjame en paz! – gruño -. ¿Por qué sigues molestándome? – la enfrento.

Ella da un paso hacía mi, veo sus labios carnosos y la tentación de besarla se siente como un hierro ardiente traspasándome la garganta. – Porque todavía me deseas, Valentina – sonríe con gracia -. En lugar de estar detrás de una puta y una pobre secretaria, deberías volver conmigo.

Frunzo el ceño. – No te atrevas a tratar a Juliana de esa manera.

La veo aparecer en mi campo de visión, Juliana tiene esa sonrisa dulce que siempre lleva en su rostro y se acerca a mí. - ¿Estás bien? – me pregunta.

Niego con la cabeza y sus brazos me rodean. – Todo va a estar bien – murmura.

Mi cuerpo entra en una profunda calma, entonces una tercera mujer hace su aparición, Jul. Lleva puesta la máscara que le regalé y pongo a Juliana tras mi espalda. - ¡Ella no es suficiente para ti! – la escucho decir, su acostumbrada arrogancia me domina -. Ninguna de ellas, tú me prefieres a mí, Carvajal.

Intento moverme, entonces siento una presión en mi cuerpo que no me lo permite. El desespero me atrapa y las tres mujeres me miran con una expresión cargada de acusación. Kara, con su acostumbrada elegancia, con su rostro hermoso y sus ojos claros. Juliana, con su ternura y su forma de removerme, de quebrantar mis barreras. Por último, la stripper, Jul me escanea con sus ojos oscuros, deseos, detrás de aquella máscara.

¿A quién elegirías? ¿Juliana, Kara o Jul?

Kara me utilizó, quebranto mis sentimientos y me hizo sentir como basura.

Jul sacude mi cuerpo de deseo, pero es solo eso, deseo. Uno que quema cada parte de mi ser. ¿Sabré alguna vez quién es en realidad?

Luego estaba Juliana, la mujer que jamás me haría daño, quien me escuchaba, quien soportaba lo bueno y lo malo.

Juliana se acercó a mí, me acogió nuevamente entre sus brazos delicados. – Yo voy a cuidar de ti – aseguró.

Entonces de repente aquella voz se tornó más oscura, seductora. – Yo sé lo que te gusta – masculló la stripper.

Sentí su aliento en mi cuello un impulso nervioso recorrió mi espina dorsal.

Las voces eran tan similares, abrí mis ojos y las vi allí frente a mí. Sus sonrisas tan similares. La stripper y la asistente. – No puedes tenernos a ambas – dijo Juliana.

Las miré fijamente, sus curvas idénticas. - ¿Ella o yo? – declaró Jul.

¿Cómo podrían ser tan hermosas? ¿Cómo podían obtener tanto de mí? Por una vida tranquila, ellas dos vinieron y pusieron mi mundo de cabezas.

Abrí mis ojos rápidamente.

El horror se albergó en mi pecho. Estaba soñando.

Menos mal.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora