The Stripper - Juliantina (Adaptación)

Capítulo 26. Morrita.

"La lealtad se basa en el respeto, y el respeto es fruto del amor". – Paulo Coelho.

Canción sugerida: Jealous – Nick Jonas.

Valentina.

No podía creer lo que acabo de hacer. Acabo de rechazar una buena y placentera noche de puro sexo con Jules. ¡Dios! Caminé de un lado a otro en el corredor, pensando en la idea de regresar y tomar a esa mujer entre mis brazos, pero ¿Y Juliana? No importa cuánto enojo sienta esta noche con ella, no la traicionaría. No podría.

¿Sería traición? No tengo nada con Juliana. ¿O sí? No lo sé. Lo único de lo que estoy completamente segura es que cuando pienso en ella, la idea de siquiera llegar a lastimarla es un hierro ardiendo traspasando mi pecho.

Sacudí mi cabeza mientras salía del lugar. El ruido de la música sensual quedaba atrás, dejando solo el silencio de la noche. Necesitaba poner mis pensamientos en orden. Necesitaba entender que estaba pasando dentro de mí.

Entre a mi auto con un fuerte suspiro. Recargué mi cabeza en volante, intentando de callar mis pensamientos. Me iría a casa e intentaría dormir, esa sería la mejor opción. No importa qué tanto quisiera estar con Jules, me gustaba Juliana y era con ella con quien quería quedarme. Con quien realmente quería estar.

Encendí el auto dejando ese lugar al que tal vez nunca regresaría. Maneje alrededor del centro de Miami pensando en la idea de pasar por Juliana. Seguro ella había podido controlar el malestar de Tessa para entonces o quizá Arianne había llegado después de todo, me tomó como una hora pasar en frente de su edificio.

Pasaba lento en el auto y pude ver dos personas que me eran más que familiares. Una de ellas era Juliana. La morena usaba el mismo vestido que hace unas horas en la cena. ¿Y junto a ella?

Me acerqué un poco más con la ventana cerrada y no era posible. No lo quería creer.

Logan abrazando a Juliana por un largo rato y ella le respondió de la misma forma. Entonces, ¿Ese era el problema con Tessa? ¿Esa era su amiga enferma?

Sentía una urgencia por bajar del auto y enfrentarlos, pero no podía hacerlo. Yo era mejor que eso. No importa cuánto enojo sintiera, por el momento no diría nada. Me quedé unos minutos mirando la escena hasta que Juliana soltó a Logan y miró hacia mi auto, como si intuyera que yo estaba allí. ¡Maldición! Se dio cuenta.

Aceleré el vehículo saliendo del lugar sin mirar atrás. Estaba furiosa, colérica. Me sentía como una tonta. Por ese tipo de cosas odiaba el amor, odiaba enamorarme.

¿Estaba enamorada?

No, no era posible.

No.

No.

Valentina Carvajal no se enamora de nadie.

Estaba furiosa conmigo misma por ser lo suficientemente estúpida para negarme a una noche con Jul. Mi voluntad de regresar al club y cogerla hasta que no pueda más era bestial, sin embargo, no lo haría. Solo trataría a Juliana de forma fría y despectiva como lo merecía.

Mal humor, enojo y paciencia.

Esas tres palabras me definieron ese día. Tomé whiskey de desayuno y partí para Industrias Carvajal. El tráfico estaba del demonio como mi estado de ánimo. Cerré mis ojos y las imágenes de Juliana con Logan se filtraron en mi mente como balas. No pude sacar las imágenes de mi mente en toda la noche.

Mierda.

Toqué la bocina una, dos, tres veces para que el auto oxidado que estaba en frente avanzara. Si no tenía dinero para comprar un auto mejor se hubiese quedado fuera de las calles.