Capítulo 2. Volviendo a Miami.

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"Ser nosotros mismos hace que acabemos exiliados por muchos otros. Sin embargo, cumplir con lo que otros quieren nos causa exiliarnos a nosotros mismos". – Clarissa Pinkola.

Canción sugerida: The Neighbourhood – Daddy Issues.

Miami, Florida.

8:34 AM.

Valentina.

Estaba incomoda, sentía que la ropa se adhería más a mí de lo que debería y eso se debía al odioso clima de la ciudad de Miami. No me había dado cuenta de lo adorable que podría resultar el clima templado de Europa hasta que volví al mismísimo infierno.

Me quite el abrigo doblándolo delicadamente en mi brazo. Camino entre la gente que se mueve de un lado a otro, totalmente absortos en su teléfono celular me imagino que en entretenidas conversaciones. Apenas paso por una de las puertas de vidrio logro que ver mi reflejo y cómo luce mi cabello, un desastre.

Hago una parada rápida para mirarme en el espejo de uno de los baños, me refresco un poco y me cepillo el cabello con la mano mientras me pongo mis ray – ban en mi rostro. Me dirigí a la salida del aeropuerto de Miami y pude divisar un Mercedes de color negro brillante.

Adoro ese auto, pero me gustaría más poder conducir alguno de mis autos deportivos con total libertad tal como lo hacía en Europa. Aquí todos los ojos estarán puestos sobre mí, pero eso ya no me importa demasiado.

Veo a mi fiel chofer esperándome allí. Bruce Harrison ha sido mi empleado durante mucho tiempo y nunca me ha fallado. Lleva un traje blanco y negra con una corbata vino tinto, su aspecto a es impecable y su barba de tres días lo hace ver incluso más atractivo. Sus ojos azules se posan sobre mí y sonrío con amabilidad.

– Buenos días, señorita Carvajal – me saluda con un tono profesional y cortés.

Mis labios se curvan suavemente. – Buenos días, Bruce – le digo mientras lo veo abrir la puerta para mí e ingreso al auto. Dentro del coche el aire acondicionado regula la temperatura de mi cuerpo y agradezco al cielo poder relajarme un poco -. ¡Esto es un asco! – gruño molesta -. ¿Desde cuándo Miami se volvió un infierno? – murmuro dejando caer mis pertenencias en el asiento.

Veo los ojos de Bruce, tan azules como los míos observándome por el retrovisor. – Siempre ha sido de esa manera, señorita – me asegura con amabilidad -. Creo que es debido al clima europeo que se siente algo incomoda con el calor – opina.

Suspiro. – Sí, eso fue lo que pensé. Recuérdame la próxima vez antes de aterrizar – le pido.

Él ríe bajito. – Lo haré con todo gusto, señorita – hay una pausa significativa y él suspira cohibido -. Señorita – lo miro -, ¿Cómo ha estado su padre? – inquiere.

Sabía que no tardaría en preguntar. – Él está bien, Bruce. Gracias por preocuparte – le respondo -. Continúa en Los Ángeles con mi familia.

Parece aliviado inmediatamente. – Me alegra mucho, señorita. El señor Carvajal es una gran persona. ¿A dónde desee que la lleve, señorita? – me pregunta.

Había olvidado por completo mandarle las indicaciones. – He comprado un nuevo departamento, ya debe estar todo listo allí porque mis empleados lo han organizado para mi llegada – le comento -. ¿Debo guiarte o sabes de lo que hablo? – le pregunto.

Él me mira, siempre a los ojos. – Le agradecería que me guiara, no he tenido el gusto de ir allí – me dice con honestidad.

Asiento con amabilidad. – De acuerdo, sal a la autopista y te guiaré.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora