Capítulo 28. Un día diferente.

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"No me gustan las almas tibias, prefiero las pasiones, los excesos; me gustan los corazones acelerados, entusiasmados, yo soy una mujer de carne y besos" – Ligia García y García.

Canción sugerida: Into you - Ariana Grande. 

Valentina.

Me estiré lentamente sintiendo poco a poco todo mi cuerpo relajarse. Me froté los ojos evitando abrirlos debido a la luz que se filtraba en la habitación. Me siento en la cama, entre las sábanas suaves y observo a Juliana durmiendo tranquila, muy profundamente.

Estaba cansada.

Era de esperarse después del día que tuvimos.

Deslicé mis dedos suavemente por su espalda desnuda. La morena estaba cubierta solamente por la fina manta. Le di un pequeño beso en su piel aterciopelada y me levanto.

Camino hacia el cuarto de baño para hacer mi rutina de higiene matutina y le permito a Juliana dormir un poco más. Era su día libre, nada más justo que eso.

Salgo de la habitación para entrar en la habitación de al lado. Ahí está Dylan, durmiendo de la misma manera que su hermana. ¿Cómo es posible semejante parecido? Quizá físicamente eran dos mundos aparte, pero en los gestos, la forma de expresarse e incluso la forma de caminar, eran idénticos.

Me acerqué al niño y deslicé mis manos entre su cabello oscuro, igual al de su hermana. Acaricie suavemente su cabello, luego su mejilla con delicadeza. Entiendo perfectamente por qué Juliana quiere tenerlo con ella, es un chico especial y muy educado, tiene todo ese brillo a su alrededor, ese carisma y esa facilidad para hacerte sonreír.

Plasmé un beso cariñoso en el cabello del niño y me retiré de la habitación.

Era sumamente extraño para mí preocuparme por el bienestar de otras personas, querer asegurarme de ello en cuanto despierto. Desde que había pisado la ciudad, había sido solo yo. Incluso en el pasado, cuando Kara todavía estaba conmigo, la mayor parte del tiempo era ella quien se ocupaba de las cosas del departamento. Yo no me involucraba demasiado con las cosas del hogar, aunque estuviera enteramente dedicada a ella y a mi trabajo.

Pensé en todo lo que tuve en el pasado y todo lo que la vida me arrebató. También en lo que poco a poco fue retribuyéndome después de un largo tiempo de haber traspasado un mundo solitario y lleno de niebla, sin saber a dónde ir. Ahora era diferente, la tenía a ella.

Juliana Valdés.

Mi sonrisa salió a relucir con tan solo pensar en ella.

Me sentía diferente, solía no involucrarme profundamente con alguien en un corto periodo de tiempo. Y sí, puede que Kara haya sido mi novia, pero las cosas con ella no se sentían mínimamente parecidas a lo que experimentaba estando con Juliana. La señorita Valdés tenía esa facilidad para hacerme sentir que la vida era un regalo y que el día a día con ella estaban siempre llenos de color, de brillantez.

Las cosas con Juliana parecían volar. Cuando menos lo esperaba, ella ya estaba en mi mente, tomando todo dentro de mí. Su manera dulce y atractiva de ser, no me dejaba otra opción. Podría amarla y odiarla, todo al mismo tiempo, la quería en todos los sentidos.

Sabía lo que sentía, pero no era momento de admitirlo. Me gustaría mantenerlo todo para mí misma por un momento. Me aterraba la idea de decirle que no sabía cómo estar sin ella, que me sentía desorientada con imaginarla lejos, como si de repente todo a mi alrededor ya no tuviera sentido sin su presencia.

Hoy sería el día perfecto para ella, pero sabía que había alguien entre nosotras. Alguien que también poseía tal poder sobre mí, tanto como Juliana; ese alguien era nada más y nada menos que Jules Sandoval.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora