Capítulo 38. Cuestión de saber.

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"Para las mujeres, el mejor afrodisiaco son las palabras. El punto G está en los oídos, y el que busque más abajo está perdiendo el tiempo". Isabel Allende.

Han sido meses jodidos, no había podido volver por aquí bajo ninguna circunstancia, por el simple hecho de que mis manos dolían muchísimo cada vez que intentaba escribir. He estado en terapia, pero aún así sigue doliendo en ocasiones, no puedo prometer ser continua cuando mi salud está de por medio, lo siento, de verdad lo intento y lo hago por ustedes. Espero les guste. 
Además, tengo un libro en el que recopilé algunos de mis escritos más antiguos y uno que otro de este año, se llama: Arrival of the butterfly, está en mi perfil para quien quiera leerlo.

No olviden seguirme en ig y aquí en wattpad para que se enteren de todo. 

Canción sugerida: Drink me – Michele Morrone.

Juliana.

Estaba impávida. - ¿Quieres que me olvide de Jul Sandoval? – le pregunté a la mujer que me miraba con firmeza, en un silencio paciente y respetuoso.

– Quiero que exista solo para mí y pronto – especificó.

En la mayoría de circunstancias, amaría que Valentina fuese así de posesiva, sin embargo, esto iba más allá de una simple petición, se trataba más de control. No entendía a dónde quería llegar con todo esto. – Sé más explícita – le dije.

Valentina aspiró profundamente y sonrió, poniendo su mano sobre la mía, donde empezó a dejar leves caricias. – Quiero que dejes Imperium.

Por unos segundos quedé paralizada, tratando de comprender si eso lo estaba diciendo a forma de broma o simplemente estaba yendo muy lejos. – Juliana... - susurró Valentina despertándome.

– ¿Hablas en serio?

– Sí, por supuesto. Lo he pensado bien y sé que ahora que estamos oficialmente juntas, no necesitas ir ahí nunca más.

Sentí que me ardían los ojos de la cólera. – Mi presencia en Imperium nunca interferiría con lo que tenemos.

– Claro que lo hará, no te quiero ahí, exponiéndote a ti misma de esa manera – habló con honestidad –. Eres una mujer, una valerosa mujer llena de belleza y no necesitas que los hombres y mujeres de Imperium te sigan viendo como un objeto sexual para complacerse a sí mismos.

Me eché a reír. - ¿Estás oyéndote? – cuestioné –. Me veías de esa manera hace muy poco, Valentina. Ibas allí por mí. Hace una semana te gustaba y no te importó – dije con indiferencia.

– Hace una semana no eras mi novia.

– ¿Qué es lo que eso cambia? Solo estamos saliendo de manera oficial, todo sigue igual.

Ella pareció apretar la mandíbula, rodando los ojos. – Todo ha cambiado. Ahora eres mía.

La miré fijamente. – Soy tu novia, no tu propiedad, Valentina. ¡Siempre estaré contigo si es lo que quieres, pero no por eso puedes pedirme que eche a la basura mi vida para complacerte!

Nos miramos como si estuviésemos escupiendo fuego. – No puedo creer lo que acabas de decir – habló levantándose de la mesa.

Ella se sirvió un poco de vino e intentaba relajarme, viendo como sus ojos azules parecían un mar agitado. Me puse de pie también y caminé hacia ella. – No quise gritarte – admití avergonzada –. Lo siento, pero quiero que entiendas que no puedo irme de allí.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora