The Stripper - Juliantina (Adaptación)

Capítulo 40. ¿Todo funcionará?

"Y entonces escuché tu voz, y de pronto ya no importaba el sonido de la lluvia, ni los acordes de mi canción favorita". — Efrén Gutiérrez.

Canción sugerida: Tiburones – Ricky Martin.

Scarlett.

Me quedé por algunos momentos más observando todo el movimiento del club, hoy era otro día abarrotado. Gracias a Dios o, mejor dicho, gracias a Jul. Negué con la cabeza pensando que no iba a venir esta noche y tanta irresponsabilidad me llenaba de furia. Juliana siempre había sido impecablemente profesional en Imperium, hasta que conoció a Valentina, por supuesto. Ni siquiera quiero pensar en eso ahora mismo, su tiempo de presentarse ya había pasado y no había ni una señal, ni siquiera una maldita llamada. Kate tomó su lugar esta noche, la rubia era la segunda mejor bailarina del lugar, su cuerpo escultural, sus ojos claros y su belleza, ella también tenía una facilidad innata para seducir, incluso podría cubrir la ausencia de Jul, pero no era tan fácil, puesto que todos clamaban por "La intocable de Imperium". Había clientes que solo asistían por ella, personajes importantes de Miami.

– Escuché que Jul no vino.

Tomé una respiración profunda, permanecí en el mismo lugar en el que estaba. Llevé el cigarrillo a los labios, expulsando fuerte el humo por la boca, para después voltearme hacia Kara. La mujer se veía hermosa, como pocas veces y me sonreía como si dijera: "Te lo dije"

Me acerqué como una depredadora hacia ella. – No tiene caso que pongas esa expresión, querida, te vas a arrugar – arquee las cejas indignada –, aunque debo admitir que seguirás siendo preciosa.

Avancé hacia ella, tratando de mantenerme calmada, si no fuera tan bella, ya la habría mandado a la mierda. – No hoy. Déjame.

Ella niega. – No quiero que te sofoques por esto, sabíamos que esto iba a pasar tarde o temprano. Ausencias y negligencias – la mujer hablaba con paciencia mientras jugueteaba con mi cabello suelto.

Rodee su cintura con mis brazos. – Te dije que no hoy. Jul no debería hacerme esto, fui yo quien la ayudó cuando nadie más lo hizo.

– Tienes el ego maternal herido o te enfurece la idea de que tu Imperio pueda hundirse.

– Eso que escucho en tu tono, ¿Son celos?

Ella se echa a reír, pero puedo ver en su mirada un brillo felino. – No te equivoques – la solté, sin embargo, antes de apartarme completamente, ella se sostuvo a mis brazos y depositó un besito en mi mejilla –. No me gusta tu interés por ella, es todo. Suficiente tengo con lidiar con la obsesión de Valentina por ella.

Rodé los ojos. – Déjate de niñerías, esto solo es una sociedad conveniente, no es como si yo fuera una de tus mujeres. No olvides que tu objetivo es... esa mujer.

– Valentina.

Escuchar su nombre me hacía sentir repulsión, desde el día que entró en mi club fue un dolor de culos. Me serví un trago, tomando rápidamente su contenido y sentí los dedos delgados de Kara deslizarse por mis brazos en una caricia. – Te lo dije, pero aun así te apiadaste de ella – susurraba sus palabras fríamente en su cuello, causando que todo mi cuerpo temblara –. Jul no merece tu compasión.

Me solté de su agarre para sentarme sobre la silla de mi escritorio. – No es su culpa, es de Valentina Carvajal – dije con furia.

Sabía que estaba dándole lo que quería cuando la vi sonreír maliciosamente. Ella sea cercó tras de mí, posando sus delicadas manos sobre mis hombros y masajeándome suavemente, contuve un jadeo. – No importa quién tiene la culpa, tenemos un plan y no podemos dejar que se lleven a Jul de Imperium, ¿cierto?