"- Ojalá estuviera lloviendo – dijo.
– Yo no necesito lluvia – respondí -. Te necesito a ti". – Benjamín Alire Sáenz.
Canción sugerida: Chord Overstreet – Hold on.
Juliana.
Después de una hora y media llegué a mi destino. En ese momento exacto me encontraba justo en frente de la casa de Alison, analicé el entorno en el cual viví durante un largo tiempo y se sentía sumamente extraño, casi impropio. Ahora todo parecía tan lejano, un recuerdo difuso en mi mente de lo que fue y no volverá a ser. No era una mansión, pero era una casa lo suficientemente cómoda como para vivir a gusto. La casa estaba pintada en tonos marfil, ahora parecía un poco estropeada, pero nada que una bonita renovación no pudiera arreglar. El solo pensamiento de saber que podría ser embargada en cualquier momento, me llenaba de enfado.
Cerré los ojos y tomé una respiración profunda, ese no era el mayor de mis problemas, ver otra vez a Alison, ese era el verdadero problema, la tarea más difícil.
Caminé a pequeños pasos por el porche de la casa, mirando a través de la ventana intentando encontrar a mi pequeño hermano, Dylan, pero no había ninguna señal de él. Lo más probable era que el pequeño estuviera durmiendo puesto que estaba muy temprano. Tenía temor de entrar, no me mentiría a mi misma, ya esta no era mi casa, a pesar de sustentarla económicamente.
Dos años, habían pasado dos años desde la última vez que vi a mi familia. Después de muchísimas discusiones con mi madre, decidí mantener mi distancia por completo, la cual en parte me hizo bien. Eso no quitaba el hecho de extrañar a mi hermano cada día que pasaba. No sé si hubiera podido ser juzgada por mi madre durante más tiempo.
Mis manos sudaban, mi cuerpo estaba levemente tembloroso a causa del nerviosismo que me causaba estar tan cerca a la mujer que me dio la vida y que ahora me odiaba. Ella me atormentaba cada día, pero era tiempo de hacerle frente. Ya no era la antigua Juliana, pero todavía estaba asustada de escuchar todas esas palabras horribles otra vez, esas palabras que vienen a mi cabeza en los peores momentos. Yo podría odiarla sino supiera todo lo que pasó para mantenernos. Yo podría odiarla sino fuera mi madre.
Todavía puedes irte, Juliana.
Gritó mi inconsciente, pero no lo iba a obedecer. Tenía que afrontar la situación tarde o temprano. Con el pasar de estos dos años me convertí en una mujer madura y capaz de lidiar con los problemas que la vida trae consigo. Yo haría mi papel de hija y ella tendría que hacer su papel de madre, le guste o no.
Me paré frente a la puerta, absurdamente determinada y golpee tres veces con suavidad. El eco de mis golpes retumbo en mi cabeza como una clara advertencia de lo que vendría, sin embargo, para mi sorpresa la puerta fue abierta por el único chico que poseía mi corazón, Dylan Valdés, mi hermano.
El pequeño se quedó mirándome completamente impávido en la puerta, como si estuviese viendo un fantasma, pero pronto una amplia sonrisa apareció en su rostro.
- ¡Juli! – gritó con fuerza.
Dylan saltó prácticamente a mis brazos apretándome en un fuerte abrazo. Juro que me sentí con ganas de llorar y como si estuviese haciendo un llamado, las lágrimas cayeron por mis mejillas. Lo aprieto contra mi cuerpo sintiendo el alivio invadirme y la sensación más gloriosa del mundo.
Estaba sumamente alto, su nariz respingada y su cabello castaño. Sus ojos marrones iguales a los míos y su piel nívea. Estaba diferente, pero su mirada era tan cálida como la recordaba. - ¡No puedo creer que hayas regresado! – susurró sin apartarse de mí -. Te extrañé tanto.
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The Stripper - Juliantina (Adaptación)
Fanfiction"Como un perfecto diamante pulido en las manos de Dios o un arma letal de pecado forjada por el mismísimo Lucifer." - Anne Leblanc. ¿Se han imaginado una doble vida? ¿Ser dos personas al mismo tiempo completamente diferentes? Apuesto que sí, alguna...