Capítulo 14. Juegos Perversos.

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"Si tú me recuerdas, no me importará que el resto del mundo me olvide". – Haruki Murakami.

Canción sugerida: Señorita – Camila Cabello, Shawn Mendes.

Valentina.

Ella sigue intentando convencerme. – Por favor, Valentina – chilla -. Papá te extraña, deberías venir – me pide al otro lado de la línea.

Ruedo los ojos. – No puedo, ¿Acaso no te haces siquiera una idea de lo ocupada que estoy, Bi? – le pregunto.

Lo más seguro es que esté arrugando su pequeña nariz, siempre hace eso cuando se molesta. – Lo entiendo, Valentina – aquí vamos -, pero sabes su condición y le afecta no verte, siempre pregunta por ti y tengo que inventarle alguna tontería porque ni siquiera te dignas a llamarlo – murmura -. Ya han pasado meses desde la última vez que viniste – me recuerda.

Suspiro. – Bianca, hago lo que puedo, por favor no me lo hagas más difícil – le pido -. Sabes que esto no es fácil para mí y lo intento, enserio lo hago.

El silencio invade la línea por un par de segundos, entonces ella decide hablar. – Necesitas aprender la importancia de aceptar la realidad, cualquiera que esa sea y también lo importante que es la familia, Valentina. Nosotros tuvimos que aprender y tú también puedes.

Aprieto la mandíbula. - ¡No puedo! – le grito.

- ¡Cierra la maldita boca! – masculla. Nadie me ordena nada, nadie excepto mi hermana menor -. Ven este fin de semana, vamos a hacerle una fiesta por su cumpleaños y estoy segura de que le gustará tenerte aquí – me dice.

Inhalo profundamente tratando de calmarme. Habían pasado meses desde que los vi, no es que yo no tenga la voluntad de verlos, pero es más complicado compartir con mi familia de lo que podría llegar a parecer. Tengo demasiados compromisos, la empresa consume todo mi tiempo y entre mejor hago las cosas, más demanda de trabajo conlleva. Esta vez no podría escapar, no si es Bianca Carvajal la que me lo pide, mi hermana menor es mi debilidad. Ella y mi padre son la luz de mis ojos.

Exhalo despacio. – Lo voy a pensar – cedo -, ¿Está bien? No te prometo nada, pero tal vez este fin de semana me presente allí – hablé rindiéndome ante su insistencia.

– Solo ven, prometo hacer tu pastel favorito.

Sonrío, Bianca siempre sabía cómo apelar a mi lado más humano. Mi hermana era sumamente inteligente y consciente, era mi mejor amiga desde que era una niña pequeña. Aunque somos tres hermanos, nosotras dos siempre nos llevamos mejor. Bianca es una chica dulce, muy madura y centrada, también es divertida cuando se lo propone y graciosa.

- ¿Lo harás? – inquiero sonriente.

Ella suelta una risita. – Sí, te extraño tanto, Vale – me asegura, su tono es melancólico y mi pecho se oprime. Anhelo estar con ella -. También tengo un poco de nostalgia.

Suspiro. – Me tengo que ir, puedes llamarme cuando quieras .

– Muy bien, voy a esperarte para este fin de semana.

– Ten una buena noche, Bi.

– Buenas noches, Vale.

La llamada al fin se corta y me quedo mirando mi teléfono por un minuto bastante largo. Las llamadas o reuniones con mi familia siempre me dejan un poco melancólica. Lo que odiaba era lo complicado que podría llegar a ser si me convertía en una mujer frágil o admitir serlo. No es mi naturaleza, no más.

Cerrar los ojos inclinándome contra el acolchado sillón, tratando de hacer que los músculos de mi cuerpo se relajen, lo que no ocurrió. A esta hora estaba sola en el edificio, solo el ruido de los coches y el tráfico intenso de Miami llenó la habitación en aquel momento.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora