The Stripper - Juliantina (Adaptación)

Capítulo 41. Mentir, ¿Sí o no?

"Me gusta su tono de piel. Tiene ese tono de otoño, parecido al café con canela y leche". – Quetzal Noah.

Lamento no haber publicado la semana pasada, muchas cosas han pasado en el transcurso y necesitaba tiempo. Espero les encante este capítulo, se viene la recta final de The Stripper.

Canción sugerida: Little Mix – Falling (Harry Styles cover)

Juliana.

Cerré los ojos sintiendo los atrevidos labios de Valentina deslizarse por mi cuello, para después sentir sus dientes clavarse lentamente en mi piel. Dejé escapar una profunda bocanada de aire, apretando mis piernas para no empeorar nuestra situación, pero ella estaba a mil, Valentina ahora estaba encima de mí, besando mi boca como si el mundo se fuese a acabar, su mano derecha bajó a mi muslo, flexionándolo para estar entre mis piernas. Era demasiado temprano, alrededor de las seis treinta, para ser exacta. Hemos despertado y decidido decir adiós para ir a trabajar.

Ayer por la noche después del picnic, Valentina decidió llevarnos a los bolos. Ella estaba decidida a hacer del día de Dylan uno maravilloso y realmente lo fue, como cada día a su lado. Fui la campeona entre ellos y tanto mi hermano como mi novia, se quedaron muy enojados, pero terminamos haciendo las paces para comer sándwiches.

Con dulzura, pude convencer a Valentina para alojarse y dormir conmigo, puesto que Dylan estaba en la habitación de Tessa, porque según él, su cama era más cómoda. Valentina obviamente dormía conmigo y se portó bien después de amenazarla tres veces. La huelga de sexo estaba volviendo completamente loca a mi novia y a mí también, pero en ocasiones era reconfortante solo conversar con ella.

– Val...

Ni siquiera me estaba escuchando, chupó el lóbulo de mi oreja haciéndome jadear. Maldita. Sus manos vagaban de arriba abajo por mi cuerpo, arañando levemente, causando una deliciosa excitación. Lleve mis manos a su cabello, tirando de su cara hacia la mía. Valentina capturó mis labios en unos pocos segundos, chupando de ellos. Estuvimos tocándonos con locura en el sofá de mi apartamento. Ese no era el plan inicial, la mujer dijo que sólo quería algunas caricias y ahora míranos.

– Alguien podría vernos, Dylan está durmiendo y podría despertar – susurré, cuando descendió los besos a mi pecho.

– Sólo tienes que estar en silencio, nena – Valentina susurraba deslizando su lengua en mi piel.

Maldita sea, ella me enloquecía. Su respiración pesada y caliente contra mi piel, me hizo querer renunciar a la maldita huelga que impuse. – La huel...

- Olvídate sobre la huelga, ¿De acuerdo?

Valentina se sentó en el sofá, tirando de mi cuerpo con cierta fuerza hacia ella. Haciéndome sentar a horcajadas sobre su regazo. Sus manos se posaron en mis muslos, donde apretó con fuerza. Suspiré y llevé mis manos a su cuello, entrelazando los dedos entre los mechones de su cabello. Ella me miró y sonrió. Negué con la cabeza y la besé.

Al principio, el beso fue solo un contacto de labios, Valentina deslizó la punta de la lengua por el labio inferior muy despacio, indicando lo que quería y lo permití. Sintiendo su lengua serpentea sobre la mía diabólicamente. Suspiré con el contacto y chupó con la necesidad. Sentí sus manos hábiles deslizarse dentro de mi blusa, sus dedos delgados navegando por mi espalda. Cerré los ojos cuando desconectó de mi boca y ella navegó con sus besos por mi cuello, haciendo parada en el punto de mi pulso, donde los chupó. ¡Mierda! Eso me dejaría marca. Clavé las uñas en su hombro, impulsándola para que la continuara.