The Stripper - Juliantina (Adaptación)

Capítulo 15. Llegada Inesperada.

"He visto ojos de todas las clases, créame, pero nunca unos como aquellos. Aquellos ojos no necesitaban que existiera nada en el mundo, lo tenían dentro". – Rainer Maria Rilke.

Canción favorita: Rescue Me – One Republic (Acoustic)

Miami, Florida – Estados Unidos. 1:58.

Juliana.

Entre en mi camerino sin poder creer lo que acababa de suceder. Me sentía emocionada, pero al mismo tiempo una sensación de pesadez me recorría el pecho, Valentina Carvajal me había hecho suya. Supongo que la inesperada sensación de asfixia se debía a que si antes dejarla parecía difícil, ahora era imposible.

¿Qué hiciste Juliana?

Si ella llegara a enterarse de mi secreto, sería el fin. Hoy estuve a punto de permitirle traspasar ese límite porque quería que me hiciera el amor a mí a Juliana Valdés, no que tuviera sexo con la stripper Jul Sandoval, sin embargo sabía Juliana ni siquiera llamaba en lo más mínimo la atención de Valentina. Ella solo quería a la stripper.

Me coloqué la ropa lo más rápido que me fue posible. Me miré al espejo y allí estaba, Juliana Valdés, esa era yo. Me acerqué notando unas marcas en mi cuerpo y sonreí de medio lado, Valentina me había dejado marcas rojizas alrededor de todo el cuello y cerca de los senos.

¡Maldita!

Terminé de ponerme la última pieza de ropa, doy la última mirada en el club y no había rastro de ella allí. Valentina sabía que no quería verla con otra mujer y me obedecería firmemente.

Salgo por la puerta trasera para no ser vista por nadie. La noche estaba fría, las ráfagas del viento hicieron que mi cuerpo temblara. Caminé rápidamente a la avenida más cercana cuando vi a Valentina subir a su coche. Ella ni siquiera notó que había alguien a su alrededor, ella había obedecido mis ordenes de no permanecer en Imperium sin mi presencia, buena chica. Eso realmente me agradó.

Mi deseo era acercarme a ella y pasar el resto de las noches en sus brazos, pero por hoy, ya había superado los límites, por lo que no debo continuar.

En exactamente quince minutos estaba entrando a mi departamento, pensando que Chloe y Tessa ya estaban dormidas. La casa estaba en un silencio sepulcral así que caminé a pasos lentos, sin hacer ruido y finalmente abrí la puerta de mi habitación, allí estaba esperándome Tessa. – Juliana, ¿Por qué llegas a esta hora? – inquiere.

La pelirroja se puso de pie con su pijama de seda, pude ver sus piernas nívea y su cabello ondulado caer en cascada por sus hombros. Ella se acercó a mí con una mirada inquisitiva, profunda. – El show terminó algo tarde hoy – balbucee.

Los ojos de Tessa son oscuros como la noche, su mandíbula se aprieta y arquea la ceja. Nunca podría mentirle, no a Tessa Baker, ella me conoce mejor que nadie en el mundo. – No me mientras Juliana – masculla con ira -, la presentación fue en grupo – me recuerda, maldigo mentalmente -. Tu retraso tiene que ver con una mujer, una en especifico, pero quiero que me digas que no hiciste algo estúpido – me pide.

Suspiro, me acerco a ella. – No voy a mentirte, Tess – digo, involuntariamente me rasco la nuca -. Mi tardanza se debe a Valentina Carvajal y no sé si lo que hice fue lo mejor que me ha pasado en la vida o la decisión más estúpida que he cometido.

La pelirroja me acurruca entre sus brazos. - ¿Qué has estado haciendo, Juliana? – dice preocupada -. No sé a dónde va a parar este juego peligroso, pero pueden romperte el corazón, cariño y no quiero que eso pase.

Me separé de ella y me senté en la cama, ella me siguió sin decir nada. – Tuve relaciones sexuales con ella – solté.

Tessa abrió la boca estupefacta, intentó decir algo y no pudo. Inevitablemente solté una risa. – ¿Qué? – espeto ella, perpleja.