Capítulo 45. Irse, ¿Sí o no?

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"El miedo es lo que nos hunde. Pero aun así, no debemos sucumbir ante él; si la libertad es lo que tanto deseamos, debemos luchar por ella hasta el último aliento." – Sarah Boss.

Certain Things - James Arthur, ft. Chasing Grace.

Maratón.

Parte I.

Juliana.

Llegué a la conclusión de que tengo una especie de una atracción colosal para los problemas. Nada puede explicar el hecho de que siempre estoy involucrada en uno. Cuando todo parece estar bien, la vida se encarga de lanzar una pizca de emoción, o más bien, de dar confusión en la calma de la marea.

Iba tarde, la hora fijada para el ensayo que ya había terminado y yo ni siquiera estaba en el interior de un taxi yendo hacia el apartamento de Valentina, desde hace horas había acordado con ella que dormiríamos juntas. Lo que necesitaba en este momento, era precisamente eso, estar en los brazos de mi mujer.

– ¿Qué es lo que crees que estás haciendo? – Ivonne me preguntó rápidamente, tomando mi brazo impidiéndome seguir mi camino.

– Déjame ir – respondí.

– ¡Jesús, Juliana! – respondió –. No seas estúpida.

Fruncí el ceño en su dirección, por el atrevimiento de esa mujer. Ella rodó sus ojos claros en una forma altanera y me empujo de nuevo a un rincón más remoto y oscuro.

– ¿Puedes parar y pensar?

– ¡Estoy pensando claramente! – exclamé enojada.

Me detuve por unos instantes mirándola a los ojos y a pesar de su evidente malicia y su indiferencia, Issartel no era una mala persona. La conocía muy bien, sabía todas sus peculiaridades y sus formas. Suspiré profundamente, dejando que mis hombros se relajaran.

– ¿Puedes entender que no quiero problemas?

- No tendrás problemas si haces lo que necesito. Nadie sabrá absolutamente nada.

– Ya he mentido demasiado, Ivonne. ¿Cómo sabré que estás diciendo la verdad?

– ¿Y? Una mentira más o una mentira menos, no hará la diferencia – insiste –. ¡Mierda! ¿Por qué demonios mentiría? – exclamó, retrocediendo mientras levantaba las manos.

Rodé los ojos y resoplé. – Por supuesto que lo hace, para mí lo hace. Yo la amo, ¿No ves eso? – cuestionó con furia –. Valentina es mi mundo y no pienso mentirle nunca más, no voy a arriesgarme a perderla. Además, no voy a bailar para ti.

– Valentina. Valentina. Valentina – rezongó enojada –. ¿Por qué parece que todo el mundo gira entorno a ella?

Suspiré. – ¿Sabes qué? – inquiero –. Sé cómo resolver esto.

Ella se dirige hacia mí, con una mirada confusa. – ¿Qué harás?

Me encogí de hombros y fui hacia la sala principal, en dirección a la oficina de Scarlett. Escuché que la mujer me llamó en el fondo, pero ni siquiera le di importancia. Tenía que poner fin a esto.

Toque varias veces en la puerta de Scarlett, sintiendo mi corazón acelerarse. Estaba decidida a hacer lo que era correcto, sin embargo, lo suficientemente nerviosa como para desmayarme en cualquier momento.

La mujer de ojos verdes me abrió la puerta. – ¿Qué sucede? ¿Por qué esta desesperación?

Scarlett preguntó, mirándome fijamente con los ojos amplios y sorprendidos. Entre a su oficina rápidamente, parándome para darle la espalda. – ¿Jul? – ella me llamó.

The Stripper - Juliantina (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora