Te encontré.

Capítulo 20

Abro la puerta de mi casa suavemente, con el fin de evitar que mamá note que he llegado, y empiece con su interrogatorio.

Al entrar escucho a mamá dialogando con alguien en la sala, no logro saber quién es pues ella suele hablar como cotorra y no deja hablar casi a los demás. Subo con cuidado las escaleras, hasta llegar a mi cuarto.

Tomo la pijama doblada bajo mi almohada y entro al baño a cambiarme.

"¿Estás huyendo otra vez?" Sus palabras no paran de dar vueltas en mi cabeza.

Recuerdo la última conversación que tuve con Jean hace unos minutos, es como si al fin entendiera todo. Esto es lo que he estado haciendo y aunque me cueste aceptarlo, huir es la mejor opción, alejarme de él.

Salgo del baño y me dirijo hasta mi cama, quiero dormir y no despertar en mucho tiempo.

–¿Se puede saber qué pasa contigo? –pregunta con tono reprochable Marce quien está parada en mi puerta con los brazos cruzados.

Ayy no.

–¿Qué haces aquí? –estoy sorprendida, la verdad no pensé que viniera hoy.

–Pues estabas muy extraña cuando hablamos. Además no me creí el cuento de tu abuelita. –dice y se sienta en mi cama.

–Pues aunque no lo creas... mi abuelita quería que le llevará leche...

–Agh Avril basta –me interrumpe–, ¿Qué ganas con mentirme?

–No miento... -trato de excusarme pero nuevamente me interrumpe.

–No sé si lo notaste, pero estaba con tu mamá -mala señal-. Ella me dio varios datos interesantes, uno de ellos es que tú abuela vive en otra ciudad. -agh gracias mamá- A menos que tengas un Jet privado que te haya llevado y traído en un dos por tres, no te creo.

–...

–Y lo otro, es que nuevamente trate de llamarte en tu celular y a diferencia de anoche, si timbraba. Me colgaste varias veces, lo que me da la impresión de que estabas muy ocupada.

¿No que era mi mamá Jean?

–¡Yo no te colgué! ¡Ni siquiera lo tengo, ya te dije que ayer lo perdí!

–¿¡A no!? Porque en el hipotético caso de que alguien más lo haya tomado, le hubieran quitado la SIM o si te lo quisieran devolver...

–¡Ya te dije que yo no fui, fue... -ay no- fue... digo ¿qué?...

–¿Fue...? ¿Quién fue? -ya estoy frita.

–Fue -rasco mi cabeza- él -digo en un susurro tratando de quitarle importancia.

–¿Y quién es "él"?

–Jean -contesto, mi voz apagada, deseando que no me haya escuchado.

-¿¡Jean!? -grita sorprendida.

–¡Sí Jean!

–¿¡Y él por qué tendría tu celular!?

–Pues porque lo agarro anoche.

–¿¡Anoche a qué hora!?

–No lo sé, tal vez cuando estábamos en su carro... -trato de hacer memoria.

–¿¡En su carro!? -oh no- ¿¡No me dijiste que no te fuiste con él!?

–Sí, digo no. Tal vez me confundí.

–¡Ahhh te confundiste? -dice irónicamente- ¡No será más bien que me mentiste?

–Bueno, es que...